AGUA

Atrapanieblas, los cazadores de nubes y alisios para producir agua

Los modernos atrapanieblas disponen de una gran superficie captadora, ocupan un espacio mínimo y su impacto visual es muy bajo.
Estas mallas retienen las minúsculas gotitas de agua que flotan en el aire imitando al proceso que realizan las copas de los árboles y que llamamos lluvia horizontal.
Atrapanieblas, los cazadores de nubes y alisios para producir agua

Comienza en la isla la estación húmeda, de nubes y nieblas, y parece que no hay nadie dispuesto a capturarlas. No por el gusto de hacerlo, estéril en apariencia, sino para producir agua. Como quiera que sea, el uso de los atrapanieblas no se ha generalizado en las cumbres de Lanzarote, a pesar de su evidente potencial para la obtención de agua de niebla. Su escaso uso en Lanzarote carece de explicación: ¿Quizá no merece la pena el esfuerzo para obtener poca agua? ¿Quizá obedezca a su impacto visual?
 
Las nieblas, producidas normalmente por nubes bajas que impactan contra una orografía escarpada, se pueden captar mediante la colocación de mallas especiales sobre una estructura de sustento. Estas mallas retienen las minúsculas gotitas de agua que flotan en el aire imitando al proceso que realizan las copas de los árboles y que da lugar al fenómeno conocido como lluvia horizontal. Es la lógica de los bosques canarios o del famoso Garoé, el árbol santo del que mana agua en la isla de El Hierro, ya que los árboles son los principales obstáculos que causan la precipitación de niebla. Esto es así porque son los suficientemente altos para destacar por encima de la capa de aire cercana al suelo
 
Un ensayo realizado en 2005 en Famara captó 469 litros por metro cuadrado anuales
En Lanzarote, el aire húmedo de origen marino es transportado por los vientos, ascienden por las laderas escarpadas del macizo de Famara. Por esa razón, las superficies próximas a la cumbre se cubren de nieblas o neblinas, frecuente todos los meses del año, que ocasionan precipitación de niebla en los obstáculos que atraviesa. Luis Manuel Santana Pérez ha sido una de los estudiosos que se han detenido a evaluar este recurso. Lo hizo a través de ‘Humedad del aire en la cumbre lanzaroteña. Oportunidad de obtención de agua de niebla’, realizado en 2015. 
 
En dicho informe hace referencia a una batería de atrapanieblas alineados en la época del ensayo de irrigación acometida en junio 2005 con agua de neblina/niebla en una repoblación arbustiva en la meseta de Famara. La precipitación captada en cada malla de los bastidores era canalizada y posteriormente distribuida a la plantación por medio de tuberías de riego por goteo. La cantidad de agua captada anual fue 469 litros por metro cuadrado (l/ m2).
 
Hay captadores con una obtención máxima de 1.074 litros/día y una vida útil superior a diez años
“En Famara se dan las condiciones ecológicas necesarias para que se desarrolle una masa forestal de consideración (…) Este trabajo de Luis Santana aborda de manera científica la humedad que vivifica Lanzarote y su captación mediante los atrapanieblas. Una técnica que podría recuperar el desaparecido bosque y cambiar la fisionomía de la montaña conejera. Esperemos que las instituciones apoyen este tipo de estudios meteorológicos que tiene tantas consecuencias prácticas”, Eustaquio Villalba Moreno, geógrafo, en la introducción del estudio citado.
 
La experimentación y los avances tecnológicos han dado lugar a captadores cuya relación coste-producción permite considerar a las nieblas, definitivamente, como un recurso hídrico más. Son un complemento al agua de lluvia o al agua desalada de forma práctica, rentable, sostenible e innovadora. En la actualidad hay captadores con una obtención máxima de 1.074 litros/día y una vida útil superior a diez años, una gran superficie captadora de 56 m2 ocupando el mínimo espacio, sólo 1,6 m2, reduciendo así la superficie ocupada y minimizando el impacto visual. La ausencia en la isla de capturadores de alisios, incluso de huertos hídricos captadores de nieblas, no tiene explicación aparente

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