El proyecto social de Arrecife, más allá de un comedor: 'Un lugar donde sentirse escuchados'

"La pandemia nos ha servido para conocer una realidad muy dura. Hay muchas personas en la capital que están en la calle, sin medios ni siquiera para poder comer. Por eso, el Ayuntamiento de Arrecife tomó nota, y hemos decidido fundar este comedor social. Será un sitio amplio, donde además de alimentación, daremos otro tipo de servicios para que poco a poco puedan reinsertarse en la sociedad". Isidoro Blanco, presidente de EMERLAN, habla en Biosfera Media del futuro comedor social de Arrecife.

El Ayuntamiento anunció hace unos días que dispondrá por primera vez de un comedor social público para personas sin hogar en situación de exclusión social extrema que pernocten en la calle, personas que ejerzan la mendicidad o aquellas que estén en situación de vulnerabilidad social. Un servicio que llevará la ONG de Voluntarios en Emergencias y Rescate de Lanzarote, EMERLAN: "El Ayuntamiento lo sacó a concurso y hemos sido los ganadores", confirma el presidente.

"Se trata de que no estén solos y se sientan escuchados"

A pocos días de firmar el contrato y verificar por parte de las autoridades que todo está correcto, Isidoro Blanco cuenta que este comedor "se hará para unas 100 personas, con una serie de trabajadores sociales para poder hacer una valoración de quienes requieran de este servicio, estudiando sus necesidades y haciendo a su vez un trabajo de reinserción".

El máximo representante de EMERLAN confirma que el local "va a estar en Arrecife", aunque añade que "preferimos no decir el lugar exacto de momento". Sin embargo, sí aseguró que las instalaciones están muy bien y que son las adecuadas: "Hay bastante espacio, habrá además de comedor, un salón con oficinas, donde podrán dialogar con los trabajadores sociales. Se trata de que no estén solos y se sientan escuchados".

Sobre esto, Blanco recuerda lo que han vivido en época de pandemia con las personas más vulnerables, como los mayores, las familias a las que más ha afectado la crisis sanitaria y económica y hasta los más pequeños, a los que también les cambió la vida.

Isidoro habla también de la parte reconfortante, y es el momento en que familiares, amigos, o las propias personas a las que han estado ayudando, consiguen su objetivo y les agradecen el trabajo realizado. Al respecto, recuerda que EMERLAN también tiene un albergue nocturno, en el que actualmente duermen 16 personas: "Hay muchos chicos jóvenes que con el tiempo han conseguido trabajo y encuentran un lugar para vivir. Eso es una satisfacción y son los casos que nos ayudan a seguir".