El juicio del Caso Jable continúa este miércoles, día 20, con más testificales

María Isabel Déniz declaró que veía "normal" recibir regalos de empresas con las que el Ayuntamiento tenía vinculaciones
El juicio del Caso Jable prosigue este miércoles, día 20 de septiembre, con las testificales, tras las tres sesiones anteriores en las que declararon las personas acusadas. El juicio tiene lugar en la Sección II de la Audiencia Provincial de Las Palmas y se juzga a 11 personas por la comisión de supuestos delitos de asociación ilícita, prevaricación, violación de secretos, fraude y otros.
Mª Isabel Déniz veía “normal” aceptar regalos
Entre las principales personas acusadas se encuentra la que fuera alcaldesa de Arrecife entre los años 2000 y 2007, primero por el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) y después por Coalición Canaria (CC), María Isabel Déniz, quien ha declarado que veía "normal" recibir regalos de empresas con las que el Ayuntamiento tenía vinculaciones.
María Isabel Déniz, una de las principales acusadas por la trama de la conocida como Operación Jable, última pieza separada por enjuiciar dentro del Caso Unión, ha respondido únicamente a las preguntas de su abogado en la segunda jornada del juicio en la que aparece como coacusada junto con otras diez personas, entre funcionarios del Consistorio, responsables de dos empresas y líderes políticos de la época, como Dimas Martín.
Felipe Fernández Camero negó las acusaciones
También declaró ante el tribunal el que era secretario general del Ayuntamiento de Arrecife en el momento de los hechos, Felipe Fernández Camero, quien negó las acusaciones en su contra y que tuviera algo que ver con el “amaño” del contrato de Tecmed para la recogida de residuos sólidos urbanos.
La actividad profesional de Felipe Fernández Camero fue recogida en el artículo El secretario: el quinto poder, suscrito por el pseudónimo colectivo de Carlota Gutiérrez en la revista Cuadernos del Sureste —antes Cuadernos del Guincho—, en 2003. La revista fue secuestrada por orden judicial de manera insólita, sin dar audiencia previa a los demandados. El auto prohibió su difusión y su nueva publicación, tanto en la versión escrita como en la edición digital, pero el efecto ocasionado fue el contrario: el artículo corrió de mano en mano.
La sorprendente actuación judicial fue solicitada por Felipe Fernández Camero, quien interpuso después una demanda contra el consejo de redacción por la citada publicación. Meses más tarde, se dicta el auto en el que se acuerda el alzamiento del secuestro de esta revista y se condena al demandante al pago de las costas y de los daños y perjuicios. Tres meses después, se restituye el derecho a la libertad de expresión de Cuadernos y a la libertad de información de sus lectores. Inexplicablemente, la Asociación de la Prensa de Lanzarote guardó silencio ante tamaño escándalo.
