Calor y Café: 25 años de infinita generosidad y entrega al prójimo y a los desfavorecidos

Con un sencillo audio de whatsapp, Sor Ana comparte la efeméride: "Buenos días, Paola -por Paola Delgado, periodista y compañera de redacción-. Comparto contigo nuestros 25 años de vida. Gracias a todos".

Un cuarto de siglo de entrega, generosidad, solidaridad, humildad y sigan ustedes poniendo adjetivos a la labor de una mujer, Sor Ana, y la red de voluntarios, incluyendo a los usuarios del centro, que cada día y sin descanso ha calmado el hambre y el frío, además de dar cobijo y procurar higiene, a centenares de personas a los que la vida, en algún momento, les dio la espalda.

A lo largo de estos 25 años de vida, Calor y Café ha recibido, a su vez, la ayuda y solidaridad de los lanzaroteños y sus instituciones Y la labor altruista de Sor Ana ha sido reconocida con distinciones tanto a nivel insular como en el ámbito de la región canaria. 

Calor y Café surge en 1996 cuando desde la comunidad religiosa y ante la problemática de una población numerosa, víctima de la drogadicción y en situación de marginalidad sin acceso a ningún tipo de recurso por ser consumidores activos, se constituye la Asociación de Acogida y Prevención de Riesgos Calor y Café, gracias a las hermanas y a un grupo de voluntarias.

Tras varios cambios de ubicación, actualmente se sitúa en la zona industrial de Puerto Naos, donde  diariamente ofrece el servicio de comedor social, aunque en la actualidad y desde la crisis del 2010 el perfil de los usuarios es diverso ya que, además de personas con adicciones, acuden otras con escasos recursos económicos. Sor Ana se jubila en agosto de 2010 como enfermera, desde entonces todo su tiempo lo dedica a su labor asistencial en Calor y Café.

Sor Ana

Ana María  Rodríguez Arango (Sor Ana), nació en Santianes de Pravia, Asturias, y es la segunda de tres hermanas. A la edad de 23 años ingresa en la Congregación de Hijas de María Madre de la Iglesia y su primer destino como hermana es a Las Palmas de Gran Canaria, donde realiza una labor asistencial sanitaria e inicia sus estudios de ATS. Es destinada además a Colombia, Perú, o Santander, y en 1989, a la comunidad de la Congregación en Lanzarote, donde trabajará como enfermera en el Hospital Insular.

Sor Ana siempre ha destacado por su entrega al prójimo, y a los más desfavorecidos montando un  comedor social en la zona de Valterra. Primeramente llegó a estar en unos almacenes de la Calle Extremadura, para luego trasladarse a un inmueble compartido con Afa en las proximidades del Hospital Insular de Lanzarote.