El Hospital Insular va camino de cumplir 5 años en el Servicio Canario de la Salud

La salud pública en Lanzarote durante casi toda la segunda mitad del siglo XX no se entiende sin este centro y su personal, con quienes la isla sigue en deuda emocional y sentimental
El Hospital Insular va camino de cumplir cinco años integrado en el Servicio Canario de la Salud (SCS). El quinto aniversario tendrá lugar el día 1 de enero de 2024. Este equipamiento fue promovido y financiado por el Cabildo de Lanzarote, institución que costeó su funcionamiento hasta que fue traspasado al Gobierno de Canarias. La salud pública en Lanzarote durante casi toda la segunda mitad del siglo XX y, posteriormente, por su extraordinaria labor en el campo de la geriatría, no se entiende sin este centro y todo su personal, con quienes la isla sigue en deuda emocional y sentimental.
El primer proyecto data de 1944
El 1 de enero de 2019 se cerró una etapa en el centro hospitalario. Su puesta en marcha vino a corregir la endémica deficiencia de la sanidad pública insular. El Hospital Insular fue inaugurado el 28 de octubre de 1950 con motivo de la visita que el dictador Francisco Franco giró a la isla y, en aquel momento, el centro contaba con una sala de medicina general dividida en una para hombres y otra para mujeres, un pabellón de tuberculosos, un asilo y la casa del niño.
Después de una larga espera, la construcción del Hospital Insular obedece a la tenacidad de José Molina Orosa. El primer proyecto del edificio data de 1944 y finalmente fue inaugurado seis años más tarde, significando un enorme impulso en la situación médica y sanitaria de la isla, que hasta entonces era penosa. La creación más bella de Molina Orosa fue durante décadas un modélico Hospital Geriátrico y Residencia de Ancianos, un orgullo, aunque muy caro de mantener, de la salud pública insular gestionado por el Cabildo de Lanzarote y financiado por el propio Cabildo, con la ayuda del SCS y fondos estatales.
La construcción comenzó en 1945
La edificación del Hospital Insular comenzó en 1945 sobre unos terrenos de 12.550 metros cuadrados de superficie adquiridos por el Cabildo en los llanos de Puerto Naos. En aquella época, esa zona era las afueras de Arrecife, ya que la trama urbana terminaba en la calle Ingeniero Paz Peraza y sólo existía la primera fila de inmuebles en el frente marítimo, la calle Juan de Quesada. El centro se debe al empeño del doctor José Molina Orosa, primer director del Hospital Insular, y supuso un gran avance en las condiciones médicas y sanitarias de la isla.
El edificio presenta una tipología en H, con la parte alargada formando el alzado principal, un diseño arquitectónico que responde al período autárquico, es decir, cuando el país se encontraba aislado del exterior. Son reseñables la galería porticada y los patios, así como el predominio de los espacios abiertos y el recurso a los balcones.
Una carga para el Cabildo
La entrada en funcionamiento del edificio hospitalario no significó la mejora automática de la sanidad pública en la isla. Los comienzos fueron difíciles debido a la precaria situación económica y social existente a principios de la década de los cincuenta, siendo constantes las quejas por la falta de recursos económicos, técnicos, materiales y humanos que elevaban sus dos primeros directores, el ya citado Molina Orosa y su hijo, el Dr. José Molina Aldana.
En 1960, el Hospital Insular ya contaba con ciento once camas distribuidas en salas de medicina general y de cirugía (48 camas en total), pabellón de tuberculosos (20 camas) y asilo de ancianos (31 camas), servicios todos ellos separados para hombres y mujeres. También disponía de 12 camas en “habitaciones de pago”. Ese mismo año ya contaba con salas de infecciosos, sala de autopsias, rayos X y quirófano. Al año siguiente se habilita el pabellón de maternidad.
Un Convenio firmado en 1985 entre el Cabildo Insular y el Estado posibilitó el aumento del número de camas y el saneamiento económico del centro hospitalario, que dejó de ser una carga exclusiva para la Corporación.