CRUZ DEL MAR

Marineros del Cruz del Mar, un atentado terrorista considerado un accidente laboral

Miguel Ángel Rodríguez García, superviviente, posa junto a un dibujo del Cruz del Mar realizado por Santiago Alemán. Foto tomada por José Luis Carrasco el 11-11-2003.
Miguel Ángel Rodríguez García, superviviente, posa junto a un dibujo del Cruz del Mar. Foto: José Luis Carrasco
Su falta de encaje en la normativa estatal no altera el hecho irrefutable de que, hace 46 años, el terrorismo estremeció los cimientos de la isla de Lanzarote
Marineros del Cruz del Mar, un atentado terrorista considerado un accidente laboral

El ametrallamiento del pesquero Cruz del Mar, ocurrido el 28 de noviembre de 1978, fue un accidente laboral. Parece inconcebible, pero es así. Aunque hay pruebas irrefutables de que fue un ataque terrorista, este suceso tiene características específicas que complican su inclusión automática en los supuestos cubiertos por la normativa actual, como sería la identificación y atribución del ataque a una organización terrorista reconocida oficialmente y que haya mediado sentencia judicial. No es el caso, lamentablemente. La Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo, establece un marco para reconocer a las víctimas de actos terroristas y proporcionarles ayudas económicas, psicológicas y sociales. Según esta ley, se consideran víctimas a las personas afectadas directa o indirectamente por actos terroristas cometidos por organizaciones que tengan la intención de alterar gravemente la paz pública o de coaccionar a instituciones públicas.

El atentado no ha sido juzgado

Su entrada en vigor posibilitó que el Senado decidiera incluir en la nueva Ley a los tripulantes del Cruz del Mar fallecidos, pero no han podido acogerse a todos sus beneficios por dos razones fundamentales: no ha podido atribuirse oficialmente la autoría y tampoco ha sido juzgado al atentado. Pero la falta de encaje pleno en la normativa estatal no altera el hecho irrefutable de que, hace 46 años, el terrorismo estremeció los cimientos de la isla de Lanzarote, dejando siete marineros muertos en el Atlántico.

El Cruz del Mar era un pesquero de casi 20 metros de eslora que faenaba en aguas del Sáhara, al sur de Canarias. Al atardecer el barco fondeó a unas tres millas de la costa y sus diez tripulantes se aprestaban a cenar. Sobre las 20:00 horas, escucharon el sonido de un motor que se aproximaba. Una zodiac con veinticuatro hombres armados a bordo se abarloó al Cruz del Mar.

Siete tripulantes murieron ametrallados

La mayoría de los extraños hablaba en árabe, pero algunos se expresaban muy bien en español. No tardó en producirse el fatal desenlace: siete tripulantes del Cruz del Mar murieron ametrallados en la cubierta, pero tres de ellos se lanzaron al mar sin que los asesinos se percataran. Eran los hermanos Eusebio y Miguel Ángel Rodríguez García y Manuel Hernández Marrero.

Cuando la zodiac se alejó, Miguel Ángel regresó al Cruz del Mar y advirtió que habían colocado explosivos. Presto, lanzó una balsa al agua y a ella se aferraron los supervivientes alejándose a nado del barco, que explotó y saltó por los aires hecho pedazos. Los tres fueron rescatados por otro pesquero y, de inmediato, la noticia conmocionó a la isla entera. ¿Quién pudo cometer tan vil asesinato?

Una masacre sin autoría conocida

La respuesta no andaba muy lejos, aunque más de cuatro décadas después sigamos oficialmente sin saberla. En 1884 España declaró la zona costera del Cabo Bojador como un protectorado bajo su soberanía. En esas aguas, denominadas banco pesquero canario sahariano, faenó la flota pesquera lanzaroteña. Pero en 1975 se produjo la descolonización del llamado Sáhara Español y el territorio resultante se lo disputaron Marruecos y Argelia, por reclamarlo el Frente Polisario, la organización que proclamó la República Árabe Saharaui Democrática en 1976. Así que, tras el atentado, unos apuntaron hacia Marruecos y otros hacia el Frente Polisario.

Dos semanas después del suceso, el Frente Polisario dijo estar dispuesto a facilitar al Gobierno español pruebas de su inocencia y de la culpabilidad de Marruecos en el ametrallamiento del Cruz del Mar. Unos días antes, el 12 de diciembre, el diario ABC aseguró que estaba confirmada la autoría del Polisario en el ametrallamiento de la tripulación del pesquero.

¿Ley Canaria de Víctimas del Terrorismo?

En sentido contrario, circuló la hipótesis de que la masacre se produjo porque el gobierno español de la UCD estaba propugnando un acercamiento al Frente Polisario y, por ello, Marruecos mandó a cometer el atentado para que se lo imputaran a los saharauis y, con ello, romper las nacientes relaciones bilaterales. La respuesta sigue en el aire, dando lugar a que, con el paso del tiempo, cuajara la paradoja de que el crimen sea considerado un accidente laboral.

Así ha sido durante todo este tiempo a pesar de los esfuerzos realizados por las víctimas y sus familiares. La Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (ACAVITE) lleva muchos años tratando de impulsar ante el Parlamento autónomo, sin fortuna, una Ley Canaria de Víctimas del Terrorismo que complemente la norma estatal y otorgue ayudas a las personas de las Islas damnificadas y a sus familias, que suman unas 300 como consecuencia de atentados de diferente tipo y autoría en las últimas décadas.

Una calle en Arrecife: Marinero Cruz del Mar

Esta línea de trabajo desarrollada por ACAVITE no ha fructificado, aunque ha desplegado otra que sí podría arrojar resultados positivos. Se trata de una modificación de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo que persigue que las personas damnificadas del Cruz del Mar y sus familiares obtengan los mismos beneficios que aquellas que sí cuentan con sentencia judicial y cuyos casos están resueltos.

Durante muchos años, los familiares de las víctimas del Cruz del Mar se reunieron cada 28 de noviembre junto a la llamada Cruz del Siglo, en el Islote del Francés, hasta que se erigió en Puerto Naos un monumento dedicado a los mártires, autoría de Juan Brito, consistente en un pequeño faro flanqueado por dos anclas en las que aparecen los nombres de los siete marineros asesinados. Una pequeña calle en Arrecife, junto a La Harinera, lleva su nombre: Marineros Cruz del Mar.

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