La huella ‘Al Infinito, que dejó el artista César Manrique en la isla de La Palma

Este sábado se cumplen 29 años del fallecimiento del artista lanzaroteño en un accidente de tráfico cuando salía de la sede de la FCM en Tahíche
El recuerdo de César Manrique sigue vigente 29 años después de su fallecimiento en un accidente de tráfico cuando salía de la sede de la Fundación César Manrique en Tahíche. Un aniversario que coincide con la devastadora erupción volcánica en La Palma y que ha pospuesto el homenaje que cada año le brindan los trabajadores de los Centros de Arte, Cultura y Turismo en el cementerio de Haría donde descansan sus restos mortales.
La única obra que Manrique dejó es la isla de La Palma es una escultura en hierro forjado de 11 metros de altura denominada “Al Infinito” con motivo de la inauguración del Observatorio del Roque de Los Muchachos, en 1985. Una obra que corona la zona de cumbre del municipio de San Andrés y Sauces aproximadamente a 2.100 metros sobre el nivel del mar. La escultura fue un encargo del Instituto Astrofísico de Canarias y costó 2,5 millones de pesetas, que financió el Gobierno de Canarias.
No obstante, dos meses antes de su muerte, en julio de 1992, el Cabildo de La Palma había aprobado solicitar al Gobierno de Canarias que financiara la construcción de un mirador emblemático en la Isla. En un principio la ubicación estaría por la atalaya de El Time, en Tijarafe, desde la que se contempla la totalidad del Valle de Aridane.
Pero la idea de construir un mirador en La Palma se forjaba en el verano de 1974, cuando Manrique visitaba la ‘Isla Bonita’ con la intención de encontrar un lugar adecuado para crear un mirador. Su idea era hacerlo en La Cumbrecita, un balcón natural al parque nacional, 1954, de La Caldera de Taburiente. En palabras de Manrique jamás había visto en el mundo “un espectáculo como el que ofrece la Caldera desde aquel lugar”. Una iniciativa que nunca pros