ANÁLISIS
El desarrollo industrial en las islas menos pobladas, ¿una quimera?
La doble insularidad estrangula el desarrollo de las industrias en las islas menos habitadas de Canarias. Al ser doblemente ultra periféricas, ¿podrán desarrollarse algún día?
La doble insularidad estrangula el desarrollo de las industrias en las islas menos habitadas de Canarias. Al ser doblemente ultra periféricas, hay quien piensa que el desarrollo industrial en estas islas es una quimera, pues los datos son escalofriantes. De las casi cinco mil empresas existentes de Lanzarote sólo 160 son industrias, apenas el 3,2% del total, y los empleos que genera no llegan a los 1.800. Por industrias se entiende las actividades extractivas, de suministro de energía y agua, manufactureras y de gestión de residuos.
A pesar de los obstáculos, nadie discute que si Lanzarote aspira a un buen desarrollo económico necesita un sector industrial desarrollado. Porque crea empleo de calidad, genera valor añadido y favorece la inversión en innovación. Y, por supuesto, la industria ayuda a la diversificación de la economía por sus importantes efectos de arrastre sobre otras ramas de actividad. Eso sobre el papel.
“Las industrias en las islas menos habitadas se ven afectadas por la doble insularidad, lo que conlleva una multiplicación de sus sobrecostes”
En la práctica, para disponer de un tejido industrial fuerte y competitivo se deben desarrollar políticas específicas que promuevan la creación y mantenimiento de empresas industriales. Especialmente en aquellas islas donde las industrias tienen mayores dificultades para desarrollar su actividad, como son las islas menos pobladas de Canarias.
La realidad es que la industria es muy débil en el Archipiélago, y mucho más en las islas mal llamadas menores. De hecho, las industrias en las islas menos habitadas se ven afectadas por la doble insularidad, que es como ser dos veces ultra periféricas, lo que conlleva una multiplicación de sus sobrecostes. Y así no hay industria que se cree o que prospere, con rarísimas excepciones.
“Existen unos costes adicionales de adquisición de materias primas que se traducen en mayores costes logísticos y de almacenaje”
Por una parte, existen unos costes adicionales de adquisición de materias primas y productos intermedios que se traducen en mayores costes logísticos y de almacenaje. Por centrar su producción prácticamente en el mercado insular, tienen dificultades para alcanzar economías de escala. La economía de escala se refiere a la capacidad que tiene una empresa cuando alcanza un nivel óptimo de producción para ir produciendo más a menor coste. Al no darse en estas islas, aumentan los sobrecostes lo que, a su vez, encarece las inversiones de modernización e innovación.
La persistencia de estos sobrecostes y el impacto de la crisis económica de este último período han llevado a las empresas industriales de las islas menos pobladas a una situación de máxima fragilidad, provocando el cierre de muchas de ellas. De ahí que la Asociación Industrial de Canarias (Asinca) emitiera un informe en 2015 instando a las instituciones a poner en marcha un paquete de medidas específicas que apoyen y refuercen a las industrias en las islas menos pobladas.
“Asinca solicitó al Gobierno autónomo que desarrolle la Proposición No de Ley sobre el impulso del tejido industrial en islas menos pobladas”
En particular, Asinca solicitó al Gobierno autónomo que desarrolle la Proposición No de Ley aprobada por el Parlamento de Canarias en octubre de 2014, sobre el impulso e incentivo del tejido industrial en las citadas islas, y que fue aprobada por unanimidad a instancias del PP. El acuerdo recoge medidas para impulsar e incentivar el tejido industrial, así como compensar los elevados costes de producción con el fin de evitar los efectos de la doble insularidad. Aspectos que, por cierto reconoce la Unión Europea para aliviar la incidencia de la lejanía y para asegurar la eficacia de los mecanismos de compensación de los sobrecostes.
Entre las medidas que Asinca considera necesario “aplicar y/o modular de forma urgente” en las islas menos pobladas sobresale la revisión de las fletes para paliar el coste de transporte de las materias primas, el establecimiento de una línea específica de apoyo para el mantenimiento de actividades productivas, o la regulación de una ayuda de hasta 10 € por tonelada para las materias primas agroindustriales necesarias para la elaboración de productos elaborados. En Lanzarote señalan que diez es poco y proponen 30 € por tonelada. Pero, de momento, como quien oye llover.