Dar de comer a los gatos y a las ratas

“Hay personas que tienen un gran corazón hacia los gatos sueltos que hay en Arrecife y les dan de comer, pero no se dan cuenta de que donde comen los gatos, comen las ratas, las palomas, las cucarachas… Tanto amor, con perdón, va a acabar adquiriendo la dimensión de una plaga y me consta que ya hay focos de pulgas y ratas por el Charco”.

 

En las ciudades, dar de comer a los gatos equivale a poner comida al alcance de todo tipo de animales, nos repite un lector. En Arrecife, también, pero parece que nadie le quiere poner el cascabel al gato, precisamente. Allí donde se ha planteado poner control, ha saltado la polémica. Proliferan los solares y casas abandonadas a los que acuden vecinos para dar de comer y beber a los gatos, cuyo número no para de crecer. Y estos, una vez hartos, no parece que estén por la labor de cazar ratas, que cada vez están más grandes, gordas y hermosas.

 

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