Palacio de los Deportes de Arrecife, el pabellón gafado de Argana

El Palacio de Deportes fue inaugurado en pleno proceso electoral de 2007, pero la obra no sería recepcionada por el Ayuntamiento hasta casi un año más tarde
Por estas fechas se cumplen 10 años de la clausura del Palacio de Deportes de Arrecife. El Pabellón de Argana en argot popular. Se construyó torcido, se inauguró como cartel electoral, salieron a relucir sus carencias y debió cerrar sus puertas. Precisamente hoy arranca el juicio de la Operación Jable, la última pieza que queda por juzgar en el marco del caso Unión, en Audiencia Provincial de Las Palmas. Trata del presunto amaño del concurso público mediante el cual el Ayuntamiento de Arrecife adjudicó a las empresas Urbaser y FCC trabajos a cambio de presuntos pagos en efectivo o en forma de regalos.
MARÍA ISABEL DÉNIZ, UN ICONO DE COALICIÓN CANARIA
Siendo María Isabel Déniz alcaldesa de Arrecife por Coalición Canaria, entre 2003 y 2007, el grupo de gobierno municipal puso el foco en la dotación de infraestructuras deportivas, culturales y de ocio, a la luz de las carencias detectadas entonces en la ciudad. El Palacio de Deportes de Arrecife es fruto de aquella apuesta, pero, por unas u otras razones, esta instalación deportiva lleva consigo el estigma de la mala suerte.
La primera desdicha que vivió este edificio de deportes fue verse inmerso en una inauguración con fines electoralistas. Exasperada por el mal augurio que vaticinaban las encuestas, la entonces alcaldesa se embarcó en una frenética campaña para tratar de revertir los malos pronósticos electorales que obedecían, sobre todo, a su empeño por hacer comulgar a la ciudadanía con las ruedas de molino de su Plan General de Ordenación. Por esa razón, el Palacio de Deportes de Arrecife fue inaugurado en pleno proceso electoral. Sin embargo, la obra no sería recepcionada por el Ayuntamiento hasta casi un año más tarde.
EN 2013 TUVO QUE CERRAR SUS PUERTAS
La segunda desgracia del Palacio de Deportes de Arrecife fue su coste. El pabellón se adjudicó por unos 9 millones de euros en 2003, pero el Ayuntamiento acabó pagando por él más de 12 millones de euros debido a varias modificaciones introducidas en el proyecto original. Una vez en funcionamiento y cuando parecía que la instalación se había consolidado, una nueva desdicha apareció en el horizonte, esta vez en forma de actividades clasificadas. Resultó que el inmueble presentaba problemas estructurales, por lo que no se ajustaba a la normativa y ponía en riesgo la seguridad de sus usuarios y espectadores. Por este motivo, en 2013 tuvo que cerrar sus puertas.
Desde entonces, el infortunio adoptó la forma de vandalismo urbano. La sensación de abandono se apoderó del pabellón y, poco a poco, grafiteros ocasionales pintarrajearon las paredes mientras grupos de jóvenes intentaban acceder al interior de esta golosina urbana para los juegos. La solución parecía sencilla: más dinero público, más dinero de los contribuyentes para corregir las deficiencias detectadas. El expediente de adjudicación se inició en 2015, el expediente administrativo fue aprobado por el pleno municipal en 2016, año en el que asimismo se aprueba su estudio de viabilidad y los pliegos técnicos. Más tarde se aprobaron las obras de reforma, así como la gestión de las instalaciones, que recayó en Clece. Ahí sigue.