El Carnaval de los pueblos regresa con éxito a los escenarios y sacia a los aficionados

San Bartolomé, primero, y Puerto del Carmen, estos días -hoy se celebra la Gala Drag-, han invertido el tradicional orden de celebración de las fiestas carnavaleras, que suelen comenzar por Arrecife. La Capital presenta el lunes el programa de unas fiestas que, para variar, vienen marcadas por la improvisación y las discusiones políticas
San Bartolomé, primero, y Puerto del Carmen, estos días -hoy se celebra la Gala Drag-, han invertido el tradicional orden de celebración de las fiestas carnavaleras, que suelen comenzar por Arrecife. La Capital presenta el lunes el programa de unas fiestas que, para variar, vienen marcadas por la improvisación y las discusiones políticas.
A falta de espacios dignos en la ciudad que presume de tercera capital de Canarias, el Carnaval se sigue celebrando en un inhóspito descampado, aparcamiento de coches las más veces, al que los políticos se han acostumbrado a llamar recinto ferial a fuerza de ver allí circos, cochitos en San Ginés y una carpa que parecía eterna y que hacía la función del gran teatro municipal, palacio de congresos o recinto ferial de los de verdad. Infraestructuras de las que la ciudad carece.
Mientras se aguarda al lunes, fecha elegida para que los actuales dirigentes municipales presenten el Carnaval de Arrecife, San Bartolomé ha concluido el suyo y Tías está en pleno apogeo. El resto de municipios aguarda en la fila.
Sin mayores pomposidades, pero con el apoyo y aplauso unánime de la población, el municipio batatero ha reunido a chinijos y familias en la fiesta infantil, a las únicas tres murgas que se han animado a salir este año, sorteando pandemias y concejales, a las cada vez mejores comparsas y batucadas y a las drags conejeras, y de otras islas, que prepararon durante meses sus coreografías "por si acaso".
Lo mismo está ocurriendo en Puerto del Carmen donde esta noche se celebra la Gala Drag tras el paso de murgas, comparsas y batucadas que han calmado la larga espera de los aficionados a estas fiestas, y de los asombrados turistas, que agotan la batería de sus móviles a base de sacar fotos y grabar vídeos.
Eso sí: coso, pasacalles, verbenas y otras invitaciones al descontrol siguen en cuarentena. No están los tiempos como para arriesgarse a dar un colectivo paso atrás que afecte a la salud de las personas y resienta una economía, la insular, que bastante ha padecido ya. Tiempo habrá para todo ello.