“La Graciosa entiende que así no se puede seguir. Es un portento turístico que hay que reglar”

El alcalde de Teguise, Oswaldo Betancor asegura que ha llegado el momento de trabajar en una mesa implicando a todos los agentes de La Graciosa “porque si no, vamos a morir de éxito”
“La Graciosa entiende que así no se puede seguir. Es un portento turístico que hay que reglar”

Más de 3.000 personas diarias han entrado este mes de agosto en la isla de La Graciosa. Una situación que para el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort es insostenible y que obligará a realizar un estudio de carga para saber qué numero de visitantes soporta la octava isla. Betancort considera que ha llegado el momento de trabajar de forma conjunta entre el Gobierno de Canarias, Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Teguise, además de los agentes sociales y económicos de La Graciosa, para reglar todas las actividades que se llevan a cabo en la octava isla.
 
El alcalde de Teguise asegura que la solución se debe buscar a través del futuro del Plan Rector de Uso y Gestión del Archipiélago Chinijo y los islotes del norte de Lanzarote. “Creo que ha llegado el momento de trabajar en una mesa implicando a todos los agentes de La Graciosa (sociales, económicos, deportivos…) porque si no, vamos a morir de éxito, una isla en la que entran cada día de verano 3.000 personas, que consumen y producen residuos”.
 
Betancort asegura que no esconde las responsabilidades que pueda tener el Ayuntamiento. “Voy a mirar de frente. ¿Qué organismos tienen las competencias dentro de la propia isla? ¿Cuál es la misión que tiene el Cabildo de Lanzarote con respecto a La Graciosa? Lógicamente el Ayuntamiento tiene sus competencias pero cuando hablamos de jeep-safaris no tenemos la normativa para aplicarla como a los taxis, cuando me hablan de escombros no hay un punto de reciclaje… Nosotros vamos a decir cuáles son las nuestras y a partir de ahora cada institución tiene que asumir las suyas. Y quien le tiene que poner el cascabel al gato es el órgano gestor formado por el Gobierno de Canarias, Cabildo y Ayuntamiento”, destaca.
 
Según el alcalde, los gracioseros entienden que así no se puede seguir. “Cuando voy, los abuelos y las abuelas me dicen que limite la velocidad, los comerciantes me dicen que no se pueden servir comidas en el exterior porque pasan coches y las comidas se llenan de jable. Es un run-run,  han visto que la isla es un portento turístico pero hay que reglarla. Ya afecta a todos los estamentos de la sociedad. Es el momento en el que todas las reivindicaciones las pongamos encima de la mesa para empezar a reglar”.

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