Haría, un municipio envejecido que poco a poco va perdiendo referentes de vida
En el municipio hay censadas 2.390 personas mayores de 65 años en datos de 2022, que representan nada menos que el 44 por ciento de la población residente total
Haría es un municipio muy envejecido y, por eso mismo, con el paso del tiempo, sus habitantes van cumpliendo años, tristemente fallecen y así, poco a poco, se van perdiendo referentes de vida y testimonios de otros tiempos.
En enero de 2023, fallecía a los 93 años Marciano Acuña Brito, un veterano herrero del y conocedor de técnicas manuales empleadas en la fragua en el pasado. En abril fallecía en Mala Pedro Placeres Alpuín, con 104 años.
Poco después, en agosto pasado, fallecía a los 105 años Francisca Stinga Páiz, viuda de Manuel Torres Berriel, funcionario judicial. En septiembre lo hacía Juana Castro Castro, con 100 años, viuda de Nicasio García Montelongo.
Casi la mitad de los residentes tienen 65 años o más.
Hace tres años, fallecía Gregorio Barreto Viñoly en Máguez, a los 85 años de edad. Gregorio Barreto era Cronista Oficial de Haría y, por esa razón, ejercía como un auténtico notario del acontecer en el municipio, escudriñando y dando fe de vidas y hechos, del pasado y el presente.
El número de personas mayores de 65 años en Lanzarote asciende a 20.721 al cierre del año 2022, cuando en 2000 solo eran 7.279. Esto indica que el número de personas mayores de 65 años casi se ha triplicado en lo que va de siglo, lo que reclama mayores esfuerzos presupuestarios por parte de las Administraciones Públicas para atender sus demandas.
El número de mayores de 65 años supone en torno al 12,5 por ciento de la población total. Pero esa proporción se dispara en Haría, donde hay censadas 2.390 personas mayores de 65 años en datos de 2022. Estas representan nada menos que el 44 por ciento de la población residente total. Por tanto, en el municipio norteño, casi la mitad de los residentes tienen 65 años o más.
El número de personas mayores no para de crecer
Haría es un caso extremo del cambio demográfico que está sufriendo la población mundial y la necesidad de crear nuevas políticas y programas que beneficien a la tercera edad. Dado que el número de personas mayores no para de crecer, el objetivo último es que este colectivo permanezca activo dentro de la sociedad mucho más tiempo.
Para lograr mantenerlas activas y productivas, es fundamental el cuidado de estas personas mediante programas de salud, seguridad social, residencias o casas de retiros, pero no hay nada como el núcleo familiar como eje de su salud psico-emocional.
Además, en los últimos años, se insiste en ponerles al día de los cambios tecnológicos para no se vean desplazados por la rápida transformación digital de nuestro tiempo, y en facilitar que trasladen su experiencia de vida a la juventud.
