Lanzarote merece una mejor educación pública

Arminda Barreto.

El comienzo del curso escolar en Canarias pone de nuevo sobre la mesa los numerosos problemas estructurales del sistema educativo público, muchos de los cuales llevan décadas sin resolverse y que, en la actualidad, se han visto agravados por una serie de factores económicos, sociales y políticos. Desde la reducción del número de docentes, hasta las elevadas ratios en las aulas y la falta de recursos suficientes, la educación pública en Canarias se enfrenta a desafíos que, en última instancia, afectan a la calidad educativa y al bienestar de nuestros niños y jóvenes.

 

Ante esta situación, es urgente que las instituciones asuman su responsabilidad y trabajen por un sistema educativo inclusivo, equitativo y verdaderamente accesible. Aquí expondré algunas propuestas que desde Nueva Canarias-Bloque Canarista en Lanzarote hemos realizado para mejorar la educación pública en la isla según las deficiencias que hemos detectado.

 

 

1. Reducción del número de docentes: una decisión inaceptable.

 

Uno de los problemas más graves es la constante reducción de la plantilla docente, una medida que parece obedecer a criterios de austeridad del actual gobierno conservador de CC y PP, más que a una verdadera planificación educativa. En lugar de reforzar la educación pública, se ha optado por recortar recursos humanos, lo cual afecta directamente a la calidad de la enseñanza. Si bien es cierto que la crisis económica ha afectado a todas las áreas, algunos sindicatos docentes y fuerzas políticas como Nueva Canarias-Bloque Canarista han insistido en la necesidad de revertir estos recortes y encaminarnos al 5 por ciento en inversión educativa que establece la Ley Canaria de Educación Pública. Es imprescindible invertir en la contratación de más docentes, ya que la educación es una herramienta clave para combatir las desigualdades y construir una sociedad más justa y democrática.

 

 

2. Insuficiencia de orientadores y especialistas en educación especial.

 

La falta de profesionales especializados en la orientación y en la atención a la diversidad es otro de los puntos críticos del sistema educativo canario. En una Comunidad Autónoma donde la tasa de fracaso escolar es de las más altas del estado, no nos podemos permitir que los estudiantes más vulnerables se queden sin la atención adecuada. La presencia de orientadores y especialistas en educación especial es fundamental para garantizar una educación inclusiva y personalizada. Desde el canarismo progresista defendemos una mayor inversión en estos perfiles profesionales, ya que solo así podremos garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes sin importar sus condiciones particulares.

 

 

3. Ratios elevadas y atención a la diversidad: el reto de la inclusión.

El elevado número de estudiantes por aula es una realidad que dificulta el trabajo de los docentes y afecta directamente a la calidad de la enseñanza. No es posible proporcionar una atención individualizada cuando las clases están masificadas, mucho menos atender de manera adecuada la diversidad existente en las aulas de Lanzarote, donde conviven alumnos con diferentes necesidades educativas, culturales y socioeconómicas. Reducir las ratios es una demanda histórica de la comunidad educativa, ya que ello permitiría una educación más cercana, inclusiva y adaptada a las necesidades de cada estudiante. En este sentido debemos insistir también en la apertura de un mayor número de aulas enclave para evitar que este alumnado con necesidades educativas especiales deba desplazarse de un municipio a otro para poder ser escolarizado.

4. La escasez de escuelas infantiles públicas y la conciliación familiar.

Otra problemática que se ha vuelto urgente es la escasez de guarderías y escuelas infantiles públicas en la isla. Esto no solo afecta directamente a la educación temprana, sino que también repercute en las familias, especialmente, en aquellas de clases trabajadoras que no pueden permitirse una educación privada para sus hijos. La falta de plazas públicas en la educación infantil y la poca flexibilidad de los horarios escolares agravan la ya difícil conciliación familiar. En este sentido, la nueva ley que hace pública la educación de 0 a 3 años parece no estar cumpliendo con los objetivos para los que fue creada, ya que son muy pocos los centros educativos donde se han abiertos estas aulas del primer ciclo de educación infantil. Desde una perspectiva progresista, resulta fundamental ampliar la red de escuelas infantiles públicas dependientes de los Ayuntamientos hasta que puedan ser abiertas en los centros dependientes de la consejería de educación, no solo como una medida educativa sino también como una herramienta clave para la equidad de género y la justicia social.

5. Comedores escolares: una necesidad insatisfecha.

Los comedores escolares son otro de los pilares fundamentales del sistema educativo, especialmente en una autonomía como Canarias donde los índices de pobreza infantil son alarmantes. Para muchas familias, el comedor escolar representa una garantía de que sus hijos recibirán al menos una comida nutritiva al día. Sin embargo, el número de plazas disponibles en los comedores es insuficiente y el problema se agrava cuando hablamos del alumnado de Educación Secundaria donde en la mayoría de los institutos ni siquiera cuentan con comedores escolares.  En este sentido, es urgente garantizar la universalización de los comedores escolares y asegurar su gratuidad para las familias más desfavorecidas de Lanzarote.

6. Acogida de menores inmigrantes y la inclusión intercultural.

Canarias, por su ubicación geográfica, es una de las principales puertas de entrada a la Unión Europea para los menores migrantes no acompañados. La acogida de estos jóvenes en los centros educativos canarios ha sido y es un reto importante que no siempre ha recibido el apoyo adecuado por parte de las administraciones públicas. Desde las fuerzas progresistas canarias hemos defendido un sistema educativo inclusivo que no discrimine a estos menores por su origen y que promueva la interculturalidad como un valor esencial para construir una mejor sociedad. Se debe garantizar una adecuada inserción en el sistema educativo con recursos específicos y programas de aprendizaje de la lengua y de apoyo emocional.

7. Defensa de la identidad canaria y del patrimonio lingüístico.

Otro aspecto que nos preocupa profundamente es la progresiva pérdida del habla canaria y de los elementos que conforman nuestra identidad cultural. La educación pública no puede ser ajena a este problema, ya que tiene un papel crucial en la transmisión del patrimonio cultural y lingüístico. Es fundamental que las políticas educativas en Canarias incluyan programas específicos para la protección y promoción de la lengua y cultura canaria, no solo como un elemento folclórico, sino como parte esencial del proceso formativo y de la construcción de una identidad colectiva como pueblo.

8. El precio de los libros y la gratuidad de la educación.

El elevado coste de los libros de texto y el material escolar supone una carga económica que muchas familias lanzaroteñas no pueden soportar. A pesar de que la Constitución Española garantiza la gratuidad de la enseñanza obligatoria, en la práctica, las familias deben hacer frente a una serie de gastos que dificultan el acceso equitativo a la educación. Desde Nueva Canarias-Bloque Canarista defendemos la creación de bancos de libros y la progresiva implantación de un sistema educativo completamente gratuito, que no excluya a nadie por motivos económicos. Un derecho fundamental para todos y todas.

Solo con una apuesta decidida por la educación pública podremos construir una Canarias más justa, solidaria e inclusiva, donde todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades de futuro sin importar su origen o condición social. La lucha por una educación pública de calidad es, en definitiva, una lucha por la igualdad y la justicia social en nuestra tierra.