Top Secret, 11 de septiembre de 2019

Otro fracaso

Otro fracaso

Canarias, los políticos que gobiernan Canarias, han sido incapaces de sacar adelante la Ley que regule la actividad del alquiler vacacional. Y eso que todos coinciden en afirmar que es más que necesaria para poner un poco de orden a lo que se da en la actualidad. La última ocurrencia en torno a ese reglamento fue la formulada por el gabinete del lanzaroteño Isaac Castellano. Siendo, como es, un político gris, no cabía esperar otra cosa que una gestión del mismo color. De sus calderas salió un Proyecto de Ley que, además de no contentar ni a la asociación representativa ni a la feroz patronal hotelera, encochinaba a los únicos aliados con que podía contar: cabildos y ayuntamientos. El reglamento era tan sui géneris que dejaba en manos de la administración más cercana la decisión final de otorgar o no los pertinentes permisos para ejercer la actividad. Ayer hablábamos de mediocridades políticas. Ejercer de bienqueda no mejora ese criterio. Parece muy complicado conservar el favor del pope hotelero y, al mismo tiempo, no perder el voto del vecino de Tamaraceite o Titerroy.

De cero

El intento de Isaac Castellano (¿Será recordado por algo su paso por la consejería de Turismo?) no era, ni mucho menos el primero. Sí el más particular y el que mayor hilaridad causó incluso entre sus propios compañeros de partido, miembros de la Federación Canaria de Municipios, FECAM. La actual consejera, Yaiza Castillo, le ha puesto fecha de caducidad al invento de Castellano al asegurar en sede parlamentaria que la regulación del alquiler vacacional se afrontará dentro del nuevo modelo turístico. Esto viene a significar que su departamento trabaja en la configuración de ese nuevo modelo turístico “sobre el que se debatirá una reforma de la legislación que regula el alquiler vacacional”. Castilla anunció al Pleno del Parlamento de Canarias que “esta regulación partirá del consenso y diálogo con todas las partes y sobre estudios y criterios técnicos para potenciar sus efectos dinamizadores, mitigar sus externalidades y garantizar el bienestar social”. Así que chimpún.

La consejera

La mujer que ha sustituido a Castellano en Turismo, parece tener un tanto claro el punto de partida. Y a qué se enfrenta: “en la regulación del alquiler vacacional hay que tener en cuenta muchos agentes, sensibilidades y realidades”.  Pero, al igual que su antecesor, duda a la hora del marco competencial: “También tenemos que poner de relieve que no es sólo competencia de esta Consejería abordar todos los retos que el alquiler vacacional supone, pues afecta a otras administraciones, tanto autonómicas como de ámbito estatal, insulares y municipales”. Da la sensación de que todavía no tenemos muy claro si eso es bueno porque reparte riqueza, es malo porque la riqueza se concentra en pocas manos, es deseable porque el turista que viene es gastón, o no los queremos ya que echa a los residentes hacia la periferia o más allá. La solución no es fácil. Pero la hay. En otras comunidades autónomas ya está en vigor. Sólo hacen falta ideas claras, determinación, pulso firme y voluntad férrea. Y que los dirigentes de la patronal hotelera te dejen.

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