Top Secret. 29 de junio de 2020

Orgullo

Orgullo

Lo de estos últimos quince días, sobre todo este último fin de semana, con los Centros Turísticos ha sido realmente espectacular. Los lanzaroteños nos hemos reencontrado con las joyas que Manrique nos legó. Después de una década más bien oscura, con los Centros Turísticos reducidos a meras herramientas para hacer caja, infestados de eventos que desnaturalizaban los lugares, y pretendiendo ser mezclados con artistas y propuestas absolutamente fuera de la filosofía por la que fueron creados, tras esa década ominosa para la memoria de César Manrique, decíamos, los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote, han sido tomados por miles de lanzaroteños y lanzaroteñas. Tras el cierre obligado durante la pandemia, la actual dirección, encabezada por la presidenta del Cabildo, María Dolores Corujo y el consejero delegado, Benjamín Perdomo, tuvieron la feliz idea de establecer un periodo de dos semanas con entrada gratuita para los residentes en la isla. Y la gente ha respondido de manera multitudinaria.

Joyas

Las familias lanzaroteñas tenían ganas de Centros de Arte, Cultura y Turismo. Y para que acudieran a ellos sólo ha hecho falta una cosa: invitarlas. Como cuando queremos que alguien venga a nuestra casa. Tan sencillo como eso. Miles de personas han aprovechado este periodo para adentrarse en estos singulares espacios. En muchos casos hacía años que no iban. En otros, y aunque parezca mentira, era la primera vez que los visitaban. Los rostros de satisfacción a la salida resumían la experiencia. Este Top Secret no ha sido una excepción y también se ha dado una vuelta por un par de lugares emblemáticos. Y ha intercambiado impresiones con vecinos que han tenido la misma idea. Salvando las colas que en algún momento se han originado, y que la gente ha aguantado con el estoicismo con que se aguantan las colas en la nueva normalidad, todo lo demás ha sido emocionante.

Emoción

En pocos sitios del mundo se sale del confinamiento y tiene uno el placer de fundirse con la naturaleza tal como Manrique diseñó y quiso que fuera la relación del hombre y el arte con ella. Pasear por Jameos es seguir descubriendo cosas nuevas en cada rincón. Regresar al Monumento al Campesino es hacerlo por un lugar nuevo, de tanto mimo como ha sido cuidado -casi restaurado- durante la pandemia. El Mirador también luce de modo distinto a la última vez. Y seguramente que también ante la próxima visita. Y así todos ellos. Ya nos gustaría que fueran metáfora de lo que nos espera: un renacer esplendoroso de Lanzarote. Probablemente llegue ese momento, pero tardará lo suyo. Ya lo apuntábamos el viernes y los vuelos de Londres y Dublín del viernes lo enfatizaron: vinieron casi vacíos. ¿Para qué van a venir a Lanzarote si no hay alojamiento y la mayoría de locales cerrados? ¿Para qué abrimos los hoteles y los bares si viene tan poco turismo? Por el momento, difícil cuestión.

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