Top Secret, 6 se julio de 2020

Carta de una Trabajadora Social (I)

Carta de una Trabajadora Social (I)

Carta de una Trabajadora Social

Soy trabajadora social. Durante el estado de alarma he escuchado las necesidades de familias que solicitan ayuda a las administraciones para afrontar la situación que les pilló en desventaja ante otros que han contado con los recursos y más suerte para abordarla. Durante estos meses, y hasta el momento, profesionalmente he tenido que adaptarme a todos los cambios que continuamente se establecen, en base a las diferentes directrices que se marcan desde los distintos ámbitos (sanitario, laboral, educativo...) y según la normativa vigente. En este momento, mientras escribo, expreso mi enfado y frustración: no hemos sido capaces de establecer unas medidas de conciliación familiar y laboral de las que me sienta orgullosa como ciudadana, madre, mujer trabajadora…A pesar de contar con la aplicación del concepto de corresponsabilidad en mi unidad familiar, razón por la cual me siento afortunada, no es suficiente para abordar la situación actual. Las familias necesitan el apoyo de las administraciones.

Indignación

Me siento en la obligación moral, profesional y personal de expresar esta indignación en defensa de estas familias que me han contado sus historias, la mayoría a través de la voz de madres que se muestran preocupadas por el cuidado de sus hijos, cómo poder alimentarles, protegerles,… durante este estado de alarma y cuando finalice y se acaben los ERTES, el teletrabajo y deban volver a trasladarse al lugar de empleo, si es afortunada y lo tiene, otras inquietas por las dificultades para obtener nuevos empleos, deseosas de iniciarse en nuevas andaduras con el objetivo principal de garantizar la cobertura de las necesidades de su familia, luchadoras sin descanso, que se quedan sin comer para que ellos tengan todo lo que necesitan. En pleno siglo XXI después de la lucha incesante por la igualdad, las administraciones se olvidan de redactar planes de conciliación de la vida familiar, laboral y personal a costa de la salud física y mental de los sustentadores de las familias.

Planes

La pandemia del covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar las necesidades de la población desde los diferentes ámbitos con una nueva perspectiva. El cierre de los centros escolares y la suspensión de los servicios prestados a las familias a través de los servicios de acogida temprana, salida tardía, talleres, campamentos, actividades extraescolares...ha complicado la dinámica de las familias, teniendo en cuenta además que los abuelos no han sido una buena opción como canguros, por los riesgos que ocasiona para ellos el contacto con otras personas, incluso son varias las familias que se han visto obligadas a dejar a sus hijos solos en casa. Urgen los planes de conciliación que permitan superar las próximas semanas, especialmente una vez se levanten los ERTES. (continuará el martes)

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