#DíaMundialDelÁrbol

Arrecife necesita multiplicar por más de tres sus 6.065 árboles y palmeras

Hay 17 especies de palmeras y 60 de árboles que no pasan de ser mobiliario urbano molesto, cuando habría que repensarlos como una infraestructura de salud pública.

Arrecife necesita multiplicar por más de tres sus 6.065 árboles y palmeras

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), los árboles no sólo ornamentan las calles, sino que ayudan a la mejora de la salud física y mental de sus habitantes. Son considerados los pulmones del planeta porque los árboles y bosques purifican el aire y contribuyen a regular el clima. Su importancia e impacto sobre el medio ambiente son de un valor incalculable. Por aquí no han debido enterarse, ni siquiera en una jornada como la de hoy, 28 de junio, Día Mundial del Árbol.
Aunque nuestro clima es semidesértico, los árboles han estado a nuestro lado desde tiempos inmemoriales
 
El inventario de los árboles de Arrecife data de 2016 y arroja la presencia de 6.065 árboles y palmeras. Esto quiere decir que hay menos de un árbol por cada diez residentes. Una cifra ridícula, por lo que la ciudad necesita multiplicar por más de tres el número de árboles para situarse en los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de uno por cada tres residentes. Dicho de otro modo, habría que superar los 20.000 ejemplares para llegar al óptimo establecido por la OMS. 
 
Los 6.065 árboles y palmeras del municipio están geoposicionados, localizados e identificados como especie. Así, se sabe que hay 17 especies de palmeras y 60 de árboles que, en buena medida, no pasan de ser consideradas mobiliario urbano molesto, porque hay que regarlos y podarlos, cuando en realidad habría que repensarlos como una infraestructura de salud pública. La manera cómo se les poda en la ciudad roza el esperpento. Aunque el clima de Lanzarote es semidesértico, los árboles han estado a nuestro lado desde tiempos inmemoriales, aportándonos sombra, refugio, alimento, oxígeno y comida. 
Cualquiera puede plantar árboles para mejorar la calidad del aire en las ciudades
 
Los especialistas consideran que el daño que los seres humanos hemos hecho al planeta es de tal gravedad que no basta con emitir menos CO2, sino que hay que intentar reabsorber el que ya está en la atmósfera. Y la única ‘tecnología’ avanzada y eficiente al alcance de todos los humanos para paliar esa situación es plantar árboles. Cualquiera puede plantar árboles y, además de mejorar la calidad del aire en las ciudades, donde ya vive la mitad de la población mundial, su impacto sobre la calidad del paisaje urbano es extraordinario.
 
Por otra parte, dado que el principal problema que se deriva del calentamiento global y el cambio climático es el aumento del CO2 en nuestra atmósfera, no bastaría con disponer de más parques, calles y avenidas con árboles, sino que tendríamos que cubrir nuestras ciudades de vegetación: azoteas, balcones, calles... Plantar árboles es una manera de mejorar la salud de las personas, fácil y muy barata por cierto. No obstante, Arrecife se encuentra en la media de las ciudades del país de más de cien mil residentes en las que el promedio es de 14,4 árboles viarios por cada cien habitantes.

Lo que nos aportan los árboles

La deforestación de bosques y árboles producen un 15% de emisión de CO2 anual en todo el mundo, superando a la generada por vehículos, barcos y otros medios de transporte.
 
Los árboles juegan un papel fundamental en la conservación del medio ambiente, como por ejemplo:
Liberan el oxígeno y transforman el dióxido de carbono (CO2) en biomasa, reduciendo el efecto invernadero.
Son reguladores de los ciclos hidrológicos contribuyendo a evitar inundaciones.
Previenen la erosión de los suelos, favoreciendo el desarrollo de la agricultura.
Constituyen el hábitat de especies de plantas, aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
Contribuyen a regular el clima, reduciendo los efectos del cambio climático generado principalmente por el hombre.
Son una fuente de materia prima para la elaboración de medicinas, alimentos, papel, combustible (madera y carbón), fibras y otros materiales naturales como corcho, resinas y caucho.

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