SOCIEDAD

El padre biológico del niño de acogida por Ulises y Gloria anuncia huelga de hambre

Se llama Virgilio y es el padre biológico del niño que se dio en acogida a Ulises y Gloria, la pareja que denuncia malas practicas por parte del Gobierno de Canarias para resolver la adopción temporal

Con carteles de "Me han robado a mi hijo", entre otros, Virgilio, padre biológico del niño que se dio en acogida a la pareja formada por Ulises y Gloria, ha iniciado una huelga de hambre frente al edificio del Cabildo de Lanzarote. La medida la adopta tras la concentración que tuvo lugar el pasado jueves en el mismo emplazamiento.

Como se recordará, Ulises y Gloria, la familia de acogida, salió a la calle para seguir con su lucha "por el interés superior de los niños". El matrimonio sigue pidiendo que le devuelvan al pequeño, hasta ahora de acogida, de quien no saben nada desde que se lo quitaron hace unas semanas "de forma cruel y sin tener el cuenta el bienestar del menor". 

Ulises y Gloria hablaron esta semana en Biosfera Televisión, y dejaron claro que seguirían firmes con su postura de recuperar al menor y que están haciendo "todo lo posible" para que regrese con su familia. "Se equivocaron si creyeron que agacharía la cabeza", esa fue la frase de Gloria, que se encuentra luchando junto a su pareja por una acogiada permanente.

Cabe recordar que fue el pasado jueves, 17 de marzo, cuando el Gobierno de Canarias procedió a la retirada del pequeño que tenía en acogida temporal el matrimonio, con el beneplácito de la familia biológica. Antes, la pareja había presentado la documentación para solicitar la acogida permanente con el fin de quedarse definitivamente con el menor. Sin embargo, y a pesar de la insistencia, el Gobierno de Canarias, tras reiterados avisos para llevar al niño a un centro de menores en base a lo estipulado por la normativa, decidió llevárselo.

Ulises y Gloria mantienen que al niño se lo llevaron "de mala manera". Al respecto, alegan que en el momento en que se lo quitaron se encontraban en medio una prueba psicológica pericial, ordenada por una jueza para observar las relaciones entre padres biológicos, padres de acogida y el menor, una prueba que según explican interrumpieron para arrebatarle al menor.