GASTRONOMÍA

Kamezí hace historia: primera Estrella Michelin para la isla de Lanzarote

Gala celebrada en Murcia
En Kamezí se propone un recorrido por los paisajes volcánicos de Lanzarote, una cocina que transmite la cultura gastronómica de la isla y se plasma en platos con identidad propia

La isla de Lanzarote tiene, por fin, su primera Estrella Michelin, una distinción que viene a avalar el indudable crecimiento cualitativo de la gastronomía en Lanzarote. La apuesta de Koldo Eguren por la distinción y el producto de proximidad, continuada por sus hijos, y el acierto en la apuesta por el talento del chef, Rubén Cuesta, han colocado al Kamezí Deli&Bistro en el firmamento de la principal guía mundial.

La Estrella Michelin para el restaurante conejero ha sido anunciada en el transcurso de una gala celebrada en Murcia. En la misma han sido distinguidos con Estrella también otros locales de las islas: Muxgo en Gran Canaria y Donaire e Il Bocconcino en Tenerife.

Dos se han añadido a la relación de Bib Gourmand. Se trata de Moral, en Santa Cruz de Tenerife y El Rebojo en Garachico.

En Kamezí se propone un recorrido por los paisajes volcánicos de Lanzarote, una cocina de emociones que transmite la cultura gastronómica de la isla y se plasma en platos con identidad propia apoyada en el producto más próximo. Se cuidan todos los detalles, desde la vajilla, la cubertería y la cristalería a la completísima bodega, que incluye referencias de la propia bodega familiar.

Felicitación del Cabildo de Lanzarote
El Cabildo de Lanzarote se enorgullece en felicitar al restaurante Kamezí por alcanzar un hito histórico para la isla: la obtención de su primera Estrella Michelin. Este prestigioso reconocimiento sitúa a Lanzarote en el mapa de la alta gastronomía mundial y premia el talento y compromiso de un equipo que ha sabido conjugar la calidad, la creatividad y el respeto por los productos locales en cada plato. 
"Este logro es motivo de orgullo para toda la isla. Kamezí ha demostrado que Lanzarote no solo es un referente por su belleza natural, sino también por su excelencia gastronómica, y como presidente del Cabildo quiero expresar mi más sincera enhorabuena y gratitud por llevar el nombre de nuestra tierra a lo más alto", señala Oswaldo Betancort, poniendo el valor todo “el trabajo del ecosistema gastronómico de Lanzarote y La Graciosa, desarrollado durante los últimos 15 años y que nos ha llevado a conseguir reconocimientos como este, tras el cual estoy convencido que llegarán muchos más éxitos”. 
“Con esta Estrella Michelin, Lanzarote da un paso más hacia la consolidación de su imagen como un destino gastronómico de referencia internacional”, añade el presidente del Cabildo, reiterando sus más sinceras felicitaciones al restaurante Kamezí, cuyo éxito pone en valor la calidad y el talento de la gastronomía lanzaroteña. “Animamos a todos a explorar este maravilloso territorio que ya brilla en la élite gastronómica mundial”, añade.
Además, desde el Cabildo celebran que este reconocimiento, no solo destaca el esfuerzo de Kamezí, sino que también refrenda la estrategia del Área de Promoción Económica del Cabildo de Lanzarote, que trabaja en sinergia con sectores clave como el primario y el papel fundamental de los Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote (CACT). 

Una marca que impulsa la excelencia gastronómica

La marca Saborea Lanzarote sigue consolidándose como la impulsora de un destino gastronómico en el que la excelencia y la sostenibilidad se convierten en señas de identidad, y con la que se potencia la gastronomía como un valor turístico desde un enfoque integral que engloba a agricultores, pescadores y viticultores, promoviendo el consumo de productos locales y fomentando una economía circular que conecta producción y consumo de manera eficiente, todo ello destacando la singularidad de un paisaje volcánico y biodiverso que se refleja en la calidad y autenticidad de sus productos agroalimentarios.
Prueba de ello fue la pasada celebración de la XI edición del Festival Enogastronómico Saborea Lanzarote que dejó muy buen sabor de boca entre organizadores y visitantes, registrando la mayor afluencia de la historia del Festival que acogió nuevamente la Villa de Teguise.