Viviendas y vecinos de Titerroy, una lenta agonía que dura ya once años

28 de julio de 2009. Al filo de la una de la madrugada se desplomaba una parte del techo de una vivienda situada en la calle Timbayba de Titerroy, arrebatándole la vida a un albañil que dormía en la habitación. Va para once años. Pronto se detectó que varias viviendas colindantes, con una antigüedad de más de cincuenta años, las más viejas del barrio, podían correr la misma suerte. Ante el riesgo cierto de derrumbe, los inmuebles fueron apuntalados y, más tarde, algunos vecinos fueron desalojados. Desde entonces, han padecido un largo calvario mientras siguen esperando por la rehabilitación de los inmuebles afectados para poder regresar a sus casas.

 

La Asociación de Vecinos de Titerroy, con mucha diferencia la más activa del movimiento vecinal en Arrecife, ha recordado la larga travesía por la que están pasando los vecinos que fueron desalojados de sus viviendas. En 2010, el Ayuntamiento optó por rehabilitarlas en base a unos informes técnicos que aseguraban que esta opción era la menos traumática y ofrecería una solución más rápida. Los trabajos consistirán principalmente en el refuerzo de las viguetas y la impermeabilización. El tiempo transcurrido indica que no ha sido así.

 

La financiación de los trabajos de rehabilitación se repartiría entre el Gobierno central, el Gobierno de Canarias, el Cabildo Insular y los propios vecinos, o el Ayuntamiento en caso de que los inquilinos carecieran de recursos. El acuerdo Canarias-Estado se cerró en 2011, con una inversión de más de 20 millones de euros. Un año después, la alternativa consistía en la demolición total y la construcción de viviendas de nueva planta. Al estimarse que los trabajos durarían cuatro años, cada familia afectada recibiría una ayuda de 4.500 euros anuales para hacer frente al realojamiento en régimen alquiler. El Pleno municipal de Arrecife aprobó en 2014 el proyecto de regeneración y renovación de los edificios afectados en Titerroy y Valterra. 

 

En 2015, y en pleno proceso de recortes, la rehabilitación se redujo a sólo 40 viviendas, veinte por barrio, con una inversión de 4,3 millones, una cantidad sensiblemente inferior a la inicialmente prevista. El Cabildo Insular se comprometió a asumir el coste de los particulares que no pudieran aportar su parte de la rehabilitación, ocupándose también de los alquileres de algunas familias que tuvieron que ser desalojadas y realojadas por el peligro de derrumbe. El año 2016 transcurrió entre nuevas promesas de fechas y plazos y en 2017 todo se esfumó porque, según el  Ministerio de Fomento, el Gobierno de Canarias no presentó la solicitud de prórroga de las actuaciones de regeneración y renovación urbana en Titerroy y Valterra. 

 

El año 2018 y la primera mitad de 2019 transcurrieron sin pena ni gloria, devolviendo subvenciones destinadas a este fin que no pudieron ejecutarse. En junio del curso pasado se constituyó una nueva mayoría de gobierno en Canarias y, al poco, el nuevo  consejero de Obras Públicas y Vivienda se comprometió en el Parlamento regional a gestionar ante el Gobierno de España la recuperación de los fondos que nunca llegaron a emplearse para financiar las áreas de rehabilitación y renovación urbanas de de Valterra y Titerroy, y que afectan a 86 viviendas en ambos barrios. Y en eso llegó la pandemia y lo ha puesto todo patas arriba de nuevo, aunque ni los afectados ni la Asociación de Vecinos de Titerroy pierden la esperanza.