Top Secret, 13 de noviembre de 2017

Un Congreso plácido

Un Congreso plácido
Después de un proceso de primarias duro, amplificado por el uso de las redes sociales, el Partido Socialista Insular vivió este fin de semana un plácido Congreso. ¿Qué fue de los que perdieron esas primarias? Da la sensación de que no han quedado ni los huesos. El Partido Socialista de Lanzarote ventiló su Congreso Insular sin mayores sobresaltos. María Dolores Corujo Berriel no obtuvo prácticamente respuesta, entre otras cosas porque quienes le contestan decidieron dedicar el fin de semana a otras tareas distintas. ¿Mal perder? Podría ser. El caso es que ya eran conocedores que no hacían falta ni para la foto. La Ejecutiva emanante del cónclave socialista no incluye ni uno solo de los nombres que apoyaron a Marcos Hernández en la carrera hacia la secretaría general del PSOE insular. Y sin embargo sí incluye a José Juan Cruz, de plena actualidad estos días. Y no precisamente como Presidente de Honor. Cruz seguirá ostentando la Secretaría de Organización, seguramente porque lo hace muy bien ahí y es muy necesario, pero, de paso, le vuelven a dejar claro a Podemos que el ex alcalde de Tías y uno de los políticos con más años en activo (junto a Suso Machín) sigue siendo peso pesado y no están dispuestos a prescindir de él. Pepe Juan, naturalmente, tampoco opta por irse de modo voluntario. Es de los que defiende eso de 'lo que diga el partido'. Y el partido le sigue diciendo que todavía puede dar más de sí.
 
Dos teorías
Cada vez que concurren dos realidades a un mismo lugar, o puesto de responsabilidad,  surge el mismo debate: La opción ganadora, ¿Debe incluir a alguien de la lista perdedora? Lo primero que a uno le viene es que sí, naturalmente. Se podría ver como un acto de generosidad y deseo de serenar los ánimos. Sin embargo pocas veces ocurre eso. Ni en el PSOE ni en ningún otro lugar. Y si no pasa, no es tanto por cuestiones de ser más o menos generoso, sino por fidelidad a los que han apoyado al ganador. Ya hemos dicho (y ustedes han sido testigos aquí mismo) que las primarias han sido duras. Muy duras. Se han dicho cosas muy gruesas y, acaso lo que es peor, se han dicho gritando en la plaza del pueblo para que todo el mundo se entere. Esto es: en las redes sociales. Así las cosas pongamos que la Secretaria General electa quisiera incluir a alguien de los marquistas, o al mismo Marcos Hernández, en la Ejecutiva. Que es mucho suponer, sí, pero hagamos ese esfuerzo. La pregunta es: ¿decepcionaría ese gesto a los que han sido fieles a su candidatura durante todo el proceso?. La respuesta es sí. Y entonces el problema se agrava. Ahora Loli Corujo empieza como terminó: con una parte del partido siéndole crítico. Si incluye a alguno de los perdedores no reduciría esa crítica y, además, añadiría descontentos de entre los de su propia cuerda. 
 
Lo del Cabildo
Lo del intento de cambiar gobierno, concretamente. El viernes finalizaba la semana con el anuncio del Partido Popular de romper las conversaciones con Coalición Canaria y, por tanto, no entrar a formar parte del equipo que lidera San Ginés que, de este modo, se ve condenado a la minoría de gobierno con la única compañía del PIL de Ramón Bermúdez y Juan Manuel Sosa como verso libre. Sobre este particular, por cierto, nos soplaban este fin de semana que al parecer el Secretario de Organización de su partido, Nueva Canarias, Armando Santana, declaró en una radio local que ya dan por perdido a Sosa. Lo cual parece una obviedad cuando ellos mismos han anunciado treinta veces que le abren expediente de expulsión (pero ahí sigue, el hombre). Lo que no está tan claro es que el PIL mantenga el apoyo. Cuando San Ginés se quedó en minoría, el líder del 'nuevo PIL' habló de ultimátum y de un plazo razonable que entonces precisó que sería a finales de septiembre para que se diera solución, o no, a la minoría.  Se venció el plazo y ahí han seguido porque la puerta a la estabilidad siempre estuvo abierta...hasta este último viernes con la decisión adoptada por el PP. Veremos cómo viene la semana que hoy comienza.

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