Top Secret, 6 de octubre de 2017

Twitadas

Twitadas
Los lanzaroteños no son ajenos al resto del mundo. También aquí nos hemos lanzado al mundo de la comunicación digital a través de las redes sociales. En Twitter, sin embargo, ya hay uno menos. Se trata del miembro del Partido Popular Sigfrid Soria a quien Twitter le ha clausurado la cuenta por entender que sus tweets (mensajes que se publican en esa red social) constituyen un comportamiento que incita al odio: no se permite fomentar la violencia contra otras personas o atacarlas o amenazarlas directamente por motivo de su raza, origen étnico, nacionalidad, orientación sexual, género, identidad de género, afiliación religiosa, edad, discapacidad o enfermedad. Tampoco permiten la existencia de cuentas cuyo objetivo principal sea incitar la violencia hacia otras personas en función de las 'categorías' descritas. Y Sigfrid, por provocación o convencimiento, o por las dos cosas, ha venido publicando mensajes que han sobrepasado la línea de la libertad de expresión en Twitter. Línea que, por otra parte, suele estar muy lejana y ser muy ancha. No hay más que darse una vuelta por esa red social para comprobar que está llena de comportamientos homófobos, machistas, racistas... Él mismo dijo hace poco que Twitter es una cloaca y que te echen de ahí por superarlos a todos no es, desde luego, un mérito para el currículum. Por si fuera poco el expulsado no se arrepiente. Es más: se ratifica en lo dicho.
 
Debate público
En ocasiones, Twitter es también un buen lugar para debatir e intercambiar pareceres varios. Este ha sido el caso del senador por Lanzarote, Joel Delgado y el portavoz de Somos en el ayuntamiento de Arrecife, Borja Rubio. Resulta que este último afeó al Senador que votara en contra de que AENA pagara la factura del cambio de nombre y Delgado le dijo que  él no votó en contra de nada porque no es miembro de la Comisión de Fomento en que se abordó el tema. Rubio le replicó, el otro le volvió a contestar ...y así. Lo que se le puede, y debe, achacar a Joel Delgado es que no mediara para que su colega de Fuerteventura nos despreciara de la forma cómo lo hizo. Delgado es víctima de sí mismo: un político que presume de trabajar mucho, de controlar todo, de esto y de lo otro. Y se le escapa (o no) un asunto de Lanzarote. ¿Que no es miembro? Vale. Pero sabía, porque además la prensa lo había publicado previamente, que eso iba a llevarse a discusión. Joel pasó ampliamente de llamar a su amiguete el traidor majorero para que eligiera a Lanzarote en lugar de AENA.  Así que las excusas del Senador por la isla no nos sirven. Él tendrá que explicar si se le pasó el tema (malo) o si también quiere que el cambio de nombre del aeropuerto lo paguemos nosotros sumándose así a la protección del PP a AENA (ellos sabrán por qué).
 
Y otro desliz
No ha sido la mejor semana de Joel Delgado en el Senado, eso seguro. A lo dicho anteriormente hay que sumar su comparecencia para defender como un jabato el sistema LexNet, aun reconociendo algunos errores del mismo. En su intervención en la Cámara Alta rechazó una propuesta socialista de cambiar el sistema de la administración electrónica por la que se maneja la administración de Justicia. Y lo defendió de un modo que hizo alucinar, y todavía alucinan, los profesionales de la administración de Justicia de la isla. El LexNet falla más que una escopeta de feria, se cuelga, va lento... abogados, procuradores y demás, gastan tres o cuatro veces más papel que antes porque no se fían un pelo del cacharro ese e imprimen todo para tenerlo garantizado. Profesionales del sector no tienen ninguna duda de que estamos ante otro de esos casos en los que el político defiende antes la camiseta de su partido que la de su isla. Otro más, igual al resto. Mucho cariño le tiene el PP al LexNet ese...a saber por qué.

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