Teguise: morir de éxito

Teguise, la Villa, como decíamos hasta no hace muchos años, se mueve entre la melancolía y sus silencios, y el bullicio dominical de su mercadillo. El núcleo de la Villa, ese entramado de  callejones que conforman uno de los conjuntos históricos más antiguos de Canarias, quedaba delimitado por fincas agrícolas cuya función inicial es en la actualidad prácticamente residual. Hoy, un domingo, cada finca da más beneficios que un año de cosecha, y ello a costa de poner en riesgo la apreciación de los valores del conjunto. La conversión de las fincas en aparcamientos de un descontrolado mercadillo es la fórmula a la que recurren los vecinos para pillar algún beneficio de las razzias  de turistas que se mueven entre la quincalla que no deja ver el conjunto, lo cual parece compensarles del ajetreo e invasión de sus calles y fachadas.
 
Cierto es que la visita turística se puede programar de lunes a sábado, pero no se nos escapa que la capacidad de carga del conjunto se ha sobrepasado, y que el escenario  previo a la llegada al núcleo cada domingo resulta una experiencia sobrecogedora,  visualmente comprometida y difícilmente sostenible.
 
CC, lejos de proteger las esencias patrias, anda a la caza de la rentabilidad
Que "la pela es la pela" lo saben hasta los de CC, que, lejos de proteger las esencias patrias, andan a la caza de la rentabilidad económica. Tan lejos están de la preservación de los valores del conjunto que un buen día se cargaron la propuesta del obligado entorno de protección del BIC y ahí sigue, huérfano. Y porque muchos no conocen las aspiraciones del alcalde sobre su idea de progreso que se plasmó en el plan que ha de regir las intervenciones futuras: una suerte de vorágine constructora que habría acabado con la imagen tal y como la conocemos en un santiamén.
 
Curiosamente, la fórmula para intervenir sobre la Villa se parecía mucho, sospechosamente, a lo enunciado en la disparatada nueva Ley de Patrimonio Cultural que ha perpetrado CC. En su idea de nacionalismo parece caber más "lo mío" que "lo nuestro".
 
Un forzado abuso del himno de Canarias es lo que los hace nacionalistas. De resto, negocio puro y duro.

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