Tras años de lucha, el ascensor ya es una realidad
Tana ya puede entrar y salir de su casa libremente
Tana se ha mostrado "muy feliz" ya que después de muchos años podrá bajar a la calle sin tener que depender de nadie.
El joven lanzaroteño de 27 años, Tanausú Hernández, ya puede entrar y salir de su casa "libremente" gracias al elevador eléctrico instalado en su edificio situado en el barrio de Valterra. Tana se ha mostrado "muy feliz" ya que después de muchos años podrá bajar a la calle sin tener que depender de nadie.
Tana sufre una tetraplejia medular desde el año 2010 en el que tuvo un accidente al lanzarse al agua de cabeza en la playa de El Jablillo, en Costa Teguise. Desde entonces, la vida del joven se había reducido a las cuatro paredes de su casa ya que necesitaba ayuda de los bomberos para cualquier desplazamiento de su vivienda.
Hasta la instalación del elevador, Tana solo salía a la calle para cuestiones sanitarias, de hecho tuvo que dejar de asistir a rehabilitación por no poder desplazarse hasta el centro, y al carecer de fisioterapeutas a domicilio tampoco pudo recibir las sesiones en casa.
Llegar hasta este punto no ha sido fácil, una vecina de Tana se negaba a firmar el documento que necesitaba la comunidad de vecinos para poder instalar el elevador en la fachada del edificio. Sin embargo, un informe jurídico decretaba que ninguna persona podía impedir a otra la posibilidad de tener una movilidad normal. Fue a partir de ahí cuando se obtuvo el permiso de obra.
La obra y el montaje del ascensor han sido financiadas con fondos del Ayuntamiento de Arrecife, Gobierno de Canarias y Cabildo de Lanzarote. Las subvenciones de las dos primeras administraciones ascendían a un total de 11.000 euros, dinero era insuficiente para la instalación. Por ello, el pasado octubre, el Pleno del Cabildo acordó por unanimidad destinar 12.000 euros a completar la financiación del elevador marca Thyssenkrupp, cuyo coste total asciende a unos 23.000 euros.
