Top Secret, 1 de junio de 2020

Responsabilidad (de nuevo)

La alarma provocada este viernes por el pasajero contagiado por el SARS Cov2, el virus de la covid-19, ha servido para reiterar la madre de todas las preguntas: ¿Cómo podemos hacer?

Responsabilidad (de nuevo)

Responsabilidad (de nuevo)

La alarma provocada este viernes por el pasajero contagiado por el SARS Cov2, el virus de la covid-19, ha servido para reiterar la madre de todas las preguntas: ¿Cómo podemos hacer? Las redes sociales, ese inmenso océano de basura donde, de vez en cuando, se aparece alguna isla llena de cordura y fundamento, tras conocer el positivo del pasajero procedente de Madrid, se dividían entre quienes afeaban -sin escatimar en insultos- su falta de responsabilidad y los que señalaban al gobierno -cómo no- por no habilitar medidas que impidieran a un individuo subirse a un avión en sus circunstancias. Dejando al margen que las medidas ya están tomadas -está prohibido viajar si eres positivo o esperas por pruebas- conviene recordar que, hoy por hoy, ningún sistema es fiable al cien por cien. Más allá de la propia conciencia como ser humano. Es decir: no someterte a situaciones de riesgo, preservar la distancia de seguridad recomendable, usar mascarilla en caso de no poder garantizar esa distancia y extremar la higiene de manos, incluso si te parece obsesivo.

Controles

En efecto, a la hora de enfrentarnos a un viaje ningún sistema es fiable en su totalidad. Las llamadas PCR - siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa- son las que más. Pero tienen un inconveniente: tardan horas en conocerse los resultados. Inviable, por tanto, hacértela poco antes de despegar. Y si te la haces el día o los días anteriores, nadie te garantiza que no te contagies en ese intervalo de tiempo entre el PCR y la hora del vuelo. Los test rápidos en diez o quince minutos tienes el resultado, con lo que sí se podría hacer previo al embarque, pero, no hace falta decirlo, no son fiables. Así que lo mismo te acierta, que te canta positivos -o negativos- que no son. Y la tercera opción, la de la toma de temperatura, es un poquito más que si no te hicieran nada. Pero lo mismo vas hasta las cejas de SARS Cov2 -coronavirus, para entendernos- y ni te enteras por asintomático y te dejan subir al vuelo, que das 38’5°C por un flemón inoportuno y te quedas en tierra. Tú con el dolor de muelas y medio avión contagiado por el que no pasó de 36’5°C

Fundamento

Apliquémoslo al pasajero del vuelo de Madrid. Se le practicó una PCR, pero entre que se la hizo y que salió el resultado, despegó el vuelo. Si en la sala de embarque le hacen un test rápido, lo mismo da negativo. Y si le toman la temperatura, no tenía ni fiebre. De hecho, en el mismo vuelo venía uno con fiebre -que no lo tendrían que haber dejado embarcar, según estas teorías- y dio negativo en covid-19. ¿Entonces? Entonces sólo nos queda la responsabilidad como individuos. El vecino de Tinajo careció de ella. Da la sensación de que el ingreso en las distintas fases ha sido tomado por muchos como el fin del coronavirus. Y no es así. No queremos darnos cuenta de que no es así. En Canarias, sin ir más lejos, sigue contagiándose gente cada día. El goteo no se ha parado. Es cierto que en Gran Canaria y Tenerife. Pero hay otras dos cosas ciertas: una, que las comunicaciones entre islas están permitidas y, dos, que el mundo es un pañuelo.

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