Reforestar Arrecife

Leía, ni recuerdo dónde, que un centro educativo de Lanzarote era de los que más pilas usadas había recogido en una campaña de ámbito estatal. Las pilas recogidas, potencialmente contaminantes de suelos y aguas, propiciarán el reciclado de sus componentes en aras de minimizar los riesgos que provocarían de ser liberados en la naturaleza. La recompensa para la comunidad por el compromiso medioambiental adquirido, consistiría en la reforestación de un suelo de titularidad pública en Lanzarote, con especies autóctonas como verodes, tabaibas (Kleinia neriifolia y Euphorbia balsamífera) y otros, sin especificar que comprende ese “otros”. No es difícil deducir que si se ha de realizar una propuesta y en la misma no se enumeran todas las especies vegetales de las que se harán uso, lo adecuado es hacerlo de mayor a menor entidad, esto es, pinos, palmeras acebuches y otros... con el fin de aproximar al lector a la acción que se emprende. De ser así, y si lo mayor en este caso es la tabaiba, parece complicado descender en la escala vegetal para hacernos una idea del alcance de la medida, más allá de convertir un erial en algo menor que un erial.

Reforestar con tabaibas y verodes sería propio para una eventual población de pequeños seres azules, como los pitufos
 
Reforestar implica la recuperación de un espacio con especies con concepto de bosque, porque este hubiera existido con anterioridad y desaparecido por cualquier causa. El término se usa igualmente para actuar sobre aquellas zonas donde no hubiera existido un bosque. La actuación propuesta para el asunto de las pilas, por tanto, no se puede llamar reforestación porque ya conocemos su alcance a la vista de las especies que se proponen, siendo más adecuado utilizar el término de repoblación. El uso de especies autóctonas de porte arbóreo, resulta difícil en una isla como Lanzarote, a no ser que ampliemos el límite al propio archipiélago y podamos echar mano de arbustos y árboles adaptables a nuestro suelo y clima.
 
Reforestar, por tanto, con tabaibas y verodes sería propio para una eventual población de pequeños seres azules, como los pitufos, para los que estas especies podrían ser gigantes naturales y percibirlo como un bosque. Para el ser humano la medida es la de repoblar. Recuerdo, además, que las tabaibas y verodes ni conforman jardín, ni parque, ni bosque, aunque sí personalicen suelo, pero no genera la calidad de las especies de porte ni creo que contribuyan a la mejora ambiental y medioambiental de unos buenos árboles que aporten oxigeno y sombra.
 
Los críos, sus familias y los centros bien merecen una buena reforestación, pues la repoblación no logrará los beneficios que la situación del planeta demanda ni parece suficiente recompensa a su esfuerzo.

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