Récord vs optimismo

El número de turistas en el mundo superó los 1.200 millones el año pasado, lo cual indica que el sector muestra signos de fortaleza y sigue evolucionando al alza aunque. Por el contrario, son cada vez más los destinos que compiten en todo el planeta por captar una parte de ese negocio. En esto, guste o no, Canarias ya es un destino maduro y muy conocido, en el que vienen cayendo las pernoctaciones a la vez que crece sin cesar el todo incluido, mientras que el precio de la plaza turística es muy bajo a pesar del aumento de la afluencia de visitantes. 

Lanzarote no ha sido ajena a estas tendencias que se han producido tanto en el país cuanto en el Archipiélago; el problema es que los buenos datos no tienen el impacto deseado en el resto de la economía insular y en el empleo. La clave de que la mejora de la afluencia turística no tenga los suficientes efectos de arrastre sobre el comercio, la hostelería o el empleo hay que buscarla en tres variables: los bajos precios de las plazas alojativas y la paulatina caída del gasto en el destino, en términos constantes, junto a la progresiva caída de las pernoctaciones. 
 
“Más allá de coyunturas favorables, el Archipiélago sigue teniendo ante sí el reto estructural de competir con otros destinos emergentes”
 
La llegada de más turistas no se está traduciendo en ingresos significativos ni para las empresas turísticas ni para las demás actividades que viven del turismo, y, por eso, tampoco está contribuyendo a mitigar el paro de manera reveladora. A la vez, crece sin cesar el todo incluido, resintiéndose el comercio turístico y los bares y los restaurantes.
 
Lanzar voladores utilizando sólo las estadísticas de afluencia no parece aconsejable en estos momentos, a pesar de que hay razones para ser un más optimistas a corto plazo, en especial de cara a la temporada invernal, un período en el que las Islas disfrutarán de la menor competencia de otros mercados, incluyendo los norte africanos por razones de todos conocidas. Más allá de coyunturas favorables debidas a las desgracias ajenas, el Archipiélago sigue teniendo ante sí el reto estructural de competir con otros destinos emergentes, más atractivos y, sobre todo, más baratos, tratando de atraer un mayor volumen de turistas con el parque alojativo actual. El mismo desafío que hace 25 años.
 
Ernesto Cedrés

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