Top Secret, 16 de enero de 2020

Qué necesidad

Qué necesidad

Ese hombre sentado en el banquillo de los acusados, que trata de ocultarse con la chaqueta, es José Francisco Reyes, ex alcalde de Yaiza. No le hubiera hecho falta. La cárcel lo ha dejado irreconocible. Su calvario se inicia el 4 de junio de 2009 cuando es detenido por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en su casa de Femés en plena Operación Unión. Posteriormente, en septiembre de ese mismo año, volvía a ser detenido esta vez como consecuencia del Caso Yate, que investigaba la concesión masiva de licencias irregulares. En aquellos días, Reyes estaba inhabilitado por diez años como cargo público por conceder una licencia urbanística en suelo rústico. Como consecuencia de todo ello el exalcalde fue condenado, primero, a diecinueve meses de cárcel y, en el caso Yate, a un total de seis años. Lleva en prisión desde mayo de 2018. En el juicio del Caso Stratvs, al que pertenece la fotografía, le piden otros siete años de cárcel. Aquel junio de 2009 a Reyes se le vino el mundo encima. Sus pecados habían comenzado bastante antes.

Poder

El calvario de José Francisco Reyes en realidad empieza justo cuando él creía que estaba sentando las bases de una nueva y feliz vida. Sólo desde la lógica de la impunidad con la que siempre se movieron políticos, técnicos y empresarios de Lanzarote durante largos años, es entendible la naturalidad con que Reyes firmaba licencias a sabiendas de su ilegalidad. Y a cambio de sobornos, como más tarde reconocería. Si en algún momento creyó que lo iban a trincar, pensaría que con unos añitos de inhabilitación iría servido. Pero está en la cárcel. Lleva unos añitos y le queda más de lo que lleva. Y si le condenan esta vez ni les contamos. Quizá en todo eso estaría pensando con la cabeza escondida bajo la chaqueta en una imagen tomada el segundo día del juicio del Caso Stratvs. Pudo hacer ese gesto porque ya le habían liberado de las esposas con las que compareció en el juzgado el primer día.

Esposas

La sociedad tiene que saber que el acusado está en la cárcel y que viene de la cárcel. En ocasiones los jueces quieren dejar claro que la Justicia es ejemplar dictando condenas y haciéndolas cumplir. Y más cuando los reos son políticos que han defraudado la confianza que la gente depositó en ellos. La ejemplaridad cobra entonces mayor peso. Porque, al final, los políticos corruptos no sólo han robado, sino que, como consecuencia de ello, han empobrecido el territorio cuyos habitantes los eligieron para bien administrar lo común. Y en lugar de ello saquearon futuros parques infantiles, aceras, alumbrados, centros culturales y deportivos y, en definitiva, cualquier bien que el pueblo hubiese disfrutado. Playa Blanca se desarrolló de manera espectacular. Con lujosos hoteles. Playa Blanca es hoy una de las zonas de peor calidad de vida para la clase trabajadora. Repitan este mantra cuando estén a punto de sentir pena por un político preso.

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