Top Secret, 20 de abril de 2020

Puerta abierta

Puerta abierta

El presidente Pedro Sánchez dejó abierta la posibilidad de que el desconfinamiento se realice en distintas escalas temporales según sea la realidad del territorio. La Graciosa está en la agenda. Y es que la octava isla no ha registrado ningún caso positivo en lo que llevamos de pandemia. Que es un rato largo. Quiere decirse que entre los habitantes que no han tenido contacto con nadie del exterior, tampoco hay asintomáticos pues tiempo ha habido para que se pasen las consecuencias silenciosas del virus. El único riesgo existente es la llegada de alguien de fuera que pueda estar contagiado o haber tenido contacto con algún positivo. Si eso está controlado, el día que a Madrid le dé por rebajar el Estado de Alarma los gracioseros serán los primeros en regresar a las calles, a las playas, a la iglesia…a sus costumbres hibernadas, en definitiva.  Habrá que ver en qué condiciones porque tampoco tenemos muy claro cómo será nuestro reencuentro como sociedad: si con mascarillas, manteniendo las distancias o como solía ser antes, que lo dudamos.

Foco

Si eso sucede, si La Graciosa es el primer o de los primeros territorios donde se produzca el desconfinamiento -está en el pensamiento de Moncloa-   todos los focos de la atención mediática estarán puestos ahí. ¿Y entonces? Entonces, inmediatamente, carretadas de periodistas querrán adentrarse en el punto cero del retorno a la normalidad, sea como sea esa normalidad que nos encontremos. El sentido común -y puede que la propia Ley- recomendará que no se deje entrar a nadie, no vaya a ser que, con los noveleros, se cuele el bicho que todavía convivirá con humanos de otros lugares. Curiosa situación, sin duda. Así que La Graciosa se abrirá, pero sólo para los propios habitantes de la octava isla. A la espera que la situación se normalice, mínimo, para sus inmediatos vecinos, que somos los que vivimos en la isla de Lanzarote.

Turismo

Esta situación descrita ha de multiplicarse por mucho cuando queramos saber el momento en el que el turismo regresará a Canarias en general y Lanzarote y La Graciosa en particular. Salvo que se tomen medidas cautelares a los hipotéticos viajeros a lugares “limpios”, o que no viaje ni dios hasta que el mundo esté desinfectado. Probablemente nos encontremos con lo primero cuando lo segundo esté más cerca. Quizá tengamos que incluir entre los requisitos exigidos a la hora de viajar, un certificado de salud que nos permita movernos con libertad. A modo de los lugares donde ya se nos pide visa de determinadas vacunas. Y sin embargo eso no nos coarta las ganas de viajar y visitarlos. Así que tardaremos más o tardaremos menos, pero el turista regresará. Queda la incógnita de saber si en número suficiente como para volver a llenar todo lo que tenemos (y lo que se sigue haciendo, que la pandemia no parece haber provocado cambio de planes). Para salir de dudas, ya queda un día menos.

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