Propuestas para el sector primario de Lanzarote y La Graciosa (II)

La Organización Profesional Agraria PALCA-LA UNIÓN señala, de acuerdo con su propósito inicial, como medidas para mejorar el agro insular las siguientes:

 

En atención a la situación de crisis generalizada que se padece urge que por el Cabildo se convoque una mesa con participación de representantes del Consejo Regulador del Vino, Cooperativas, SATs, Asociaciones de Agricultores y Ganaderos, así como Organizaciones Profesionales Agrarias; a los efectos de sostener un encuentro que permita realizar un diagnóstico actualizado sobre los desafíos a los que se enfrentan agricultores y ganaderos para elaborar, con carácter inmediato, un plan (como se está haciendo por los Cabildos de otras islas) con ficha financiera propia que recoja medidas específicas dirigidas a atender las necesidades más acuciantes de todo el sector primario. 

 

Por el Cabildo se debería gestionar una cocina basada en la compra a los agricultores, ganaderos, pescadores y demás elaboradores insulares, dándose preferencia a las producciones que cumplan con criterios de sostenibilidad social, económica y medioambiental. Esta cocina se dedicaría a la elaboración de menús diarios para su posterior reparto entre las familias más necesitadas. Un lugar idóneo para materializar dicho proyecto podría ser las instalaciones del Monumento al Campesino.  

 

La puesta en marcha de un espacio para ayudar a la comercialización de la producción local que posibilite que el consumidor pueda adquirir alimentos de forma directa.  También, dicho mercado daría salida a los excedentes acumulados de algunas cosechas, producciones o elaboraciones como consecuencia del cierre turístico que ha sufrido Canarias. 

 

Hasta que no termine de arrancar esta iniciativa se podría compaginar con la puesta en marcha de un mercado virtual, que gestionado directamente por el Cabildo preste el servicio a domicilio.   

 

Hay cultivos que no pueden esperar como sucede por ejemplo con la papa, la batata y demás hortalizas que demandan, con carácter urgente, ser regados. Esta necesidad es mayor en zonas que siempre se han plantado en secano donde además no existen redes de riego, y que como consecuencia de la escasez de lluvias del pasado invierno el agricultor, en más de una ocasión, se está viendo obligado a transportar de forma penosa el agua, a veces en pequeños depósitos a bordo de sus furgonetas, para no perder sus cosechas. Por lo que se solicita que por el Cabildo se adopte como medida: <sufragar los gastos del transporte de agua desalada en cubas para salvar las cosechas de aquellas fincas a las que no llegan las redes de suministro, o los días de riego son claramente insuficiente para las exigencias actuales de los cultivos>. 

 

Por las tremendas consecuencias, no sólo económicas sino paisajísticas, que pueda tener la pérdida del cultivo de mayor extensión e importancia en la Isla de Lanzarote se deben hacer las gestiones oportunas ante el Gobierno de Canarias, para que se abonen las ayudas al mantenimiento de la viña correspondiente al ejercicio 2018 que han sido injustamente denegadas por problemas de mal funcionamiento del Registro Vitícola, y que en absoluto son imputables a los viticultores.  

  

No obstante, tal deficiencia se solventaría -si esa fuera la predisposición de la Consejería de Agricultura- con una declaración responsable del viticultor de que cumple con todos los requisitos para ser merecedor de la ayuda. Asimismo, caso de persistir el problema con el Registro Vitícola, dicha declaración responsable sería suficiente tanto para las que se están tramitando actualmente correspondientes al ejercicio 2019, como para las del presente año 2020 que están próximas a ser convocadas.      

 

Si tenemos en cuenta que cada día vemos más fincas de parras abandonadas, que se asiste a una evidente falta de relevo generacional, que tenemos a muchos viticultores desmotivados por la ausencia de lluvias y por las dificultades que pueda presentar la venta de la uva en la próxima vendimia, y que muchos no van a cobrar las ayudas por problemas burocráticos; es fácil concluir que no se puede pretender que la viña siga siendo el cultivo que proporcione más paisaje a la isla. Para revertir esta dinámica se hace preciso procurar el abono de las ayudas denegadas, a la vez que se debe incrementar su cuantía para compensar el coste real del cultivo.  

 

Esta sería una ocasión para que todos los parlamentarios de “aquí” se unan, con independencia de su adscripción política, en defensa del mantenimiento del cultivo de las parras. Todo, con el fin último de garantizar la conservación de un patrimonio heredado de nuestros antepasados que constituye uno de los principales atractivos turísticos de la isla de Lanzarote.