Presupuestos participativos

Presupuestos participativos

Se pusieron de moda pero pronto cayeron en el olvido, básicamente porque a la inmensa mayoría de los cargos públicos les parece un coñazo escuchar a la población, crear cauces de participación, acatar lo decidido y aplicar los acuerdos en el presupuesto de la institución. Escuchar es una lata, piensan, y, por eso, jugando a progresía tras unos primeros escarceos con la novedad, copiada del modelo brasileño de Porto Alegre, se les dio carpetazo. Pero parecen retoñar en algunas ciudades españolas, y hasta en alguna cercana, como Las Palmas de Gran Canaria. Pero no es la primera en las Islas en esta etapa de renacimiento, ya que se le adelantó San Bartolomé.
 
Desde esta perspectiva, el cargo público es el empleado y el ciudadano el jefe, y no al revés
El Ayuntamiento de San Bartolomé ha sido seleccionado entre los 88 ayuntamientos y cabildos de Canarias para exponer la experiencia de sus presupuestos participativos en Santa Cruz de Tenerife el 29 de noviembre. Asimismo, San Bartolomé ha sido el primer Ayuntamiento del Archipiélago en poner en funcionamiento un software especializado para dar soporte a esta acción. Como ya hiciera en los de 2017, el Ayuntamiento prevé consignar 200.000 euros en sus Presupuestos de 2018 para destinarlos a las demandas de los ciudadanos. Pues eso, se trata de considerar a la ciudadanía, escucharla, crear cauces de participación, jerarquizar sus propuestas, permitir que se voten, acatar lo que se vota y ejecutar lo acordado. Desde esta perspectiva, el cargo público es el empleado y el ciudadano el jefe, y no al revés, como sucede casi siempre. A ver si se extiende y otros cogen recortes.

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