PP, crónica de un embuste

PP, crónica de un embuste

Esta vez la intervención ha sido de Jacobo Medina, y el título, por desafortunado, lo podemos ignorar. El contenido será recurrente hasta mayo de 2019 —el cierre de la Avenida que discurre por el litoral capitalino— y lo será, porque no parece que desde el PP vayan a entrar al trapo en propuestas e ideas para la ciudad, simplemente porque parecen huérfanos de ellas. La verdad es que nos estamos cansando de los territorios comunes, las vaguedades y las reprimendas al equipo de gobierno de quienes no tienen nada que decir. Las críticas de lo mal que lo hacen, lo cual comparto plenamente, no van acompañadas de ninguna idea, sólo de que hay que acabar con ellos y comenzar un tiempo nuevo y de oportunidades para la ciudad. Será por las ganas de poltrona, porque de resto, nada de nada, el tiempo del PP porque sí, y a la ciudad que le den.
 
Decía la gente vieja que la ignorancia es muy atrevida. Y no es tanto que Jacobo o cualquiera de sus compañeros de partido lo sean, nunca lo afirmaría, pero sí me da pie para pensar sobre qué niveles de reflexión hay entre las personas de su partido, y, ya de paso, de las de CC. Porque, claro, si el partido hubiera realizado un concienzudo estudio sobre el cierre de la Avenida y de este se hubiera concluido que ello supone la debacle de la vieja zona comercial, yo entendería que todos ellos lo hicieran suyo y lo defendieran apasionadamente.
 
Como tal estudio no existe y, de existir, la conclusión mucho me temo que sería bien diferente de lo que el PP querría, pues he aquí la realidad que quieren cambiar. Y lo hacen a fuerza de repetir mil veces una falsedad, entonándola al unísono con CC y la Cámara de Comercio, y algunas otras voces corales llegadas a última hora. Ni que se hubieran puesto de acuerdo en alguna cafetería para darle golpes a la pata de la silla de la alcaldesa. A ver si entre todos la rompen. Yo realmente me limitaría a contar la verdad de su gobierno, de la ausencia de iniciativa y de capacidad y, de paso, entonaría la necesidad de qué hacer, así como de la formación mínima que necesitan para gobernar, estos o sus asesores. O ambos, lo cual es de aplicación a los que están por venir, que muchas luces no están mostrando.
 
Entiendo que el deseo del PP es cargarse al gobierno del PSOE

Llegados a este punto de apadrinamiento de una falacia, me gustaría saber a qué estrategia obedece mentir de forma tan notoria. El deseo y la realidad casi nunca van de la mano. Entiendo que el deseo del PP es cargarse al gobierno del PSOE y no es complicado apelar a decenas de razones para poner a la alcaldesa y a todo su equipo en la puerta de la calle. Como son tantas esas razones y todas evidentes y clamorosas, no alcanzo a comprender por qué continúan con el embuste de las causas por las que hay que abrir la Avenida al tráfico. Todo comenzó mucho antes. Primero se fueron los que despreciaban la ciudad y anhelaban el huerto y la casa unifamiliar, aunque ahora quieran volver en masa.
 
El Cabildo y las consejerías diseminadas por la ciudad se desplazaron junto al viejo cementerio; luego les tocó al Juzgado y a los abogados. Se marchó Correos, y el Ayuntamiento amaga con hacer un nuevo edificio lejos de los impertinentes ciudadanos. Llegaron las grandes superficies, de alimentación y de hogar y se instalaron donde tocaba, en las afueras. Cambiaron los hábitos del consumidor y la calidad de muchos comercios del centro se mantuvo entre lo malo y lo peor. La ciudad, durante la huida, fue bombardeada, abandonados sus edificios históricos… y, ¿quién quiere vivir junto a una ruina, quién desea poner una terraza junto a un solar que huele a podredumbre y orín? Los que se adaptaron viven, y con buenas cajas. Que pueden mejorar es de una contundencia casi insultante, pero no hay cabeza, y, por lo que veo, tampoco en los que están en los puestos de salida. 
 
¿Y cómo se mejora? Con civismo, buenas prácticas municipales en el espacio público, con experiencias para una alta calidad de vida en la calle, con la eliminación de los impactos sobre el espacio urbano… Si es que la tarea no es nada compleja, pues sólo con el cumplimiento de las Ordenanzas Municipales por las partes ya esto se va a notar. Luego toca mirar mucho, y observar fuera qué es lo que funciona en los espacios similares a este. Uno es eliminar el tráfico y aumentar la peatonalización, esa medida que al PP igual le parece extravagante. Calles sin coches donde justamente les gusta hacerse la foto a los candidatos y a la presidenta del partido cuando vienen los popes y las elecciones.
 
Históricamente, el frente construido nunca fue comercial, aunque ya sea hora
Sólo le hago una pequeña reflexión: si los vehículos llegan sin dificultad al aparcamiento junto al Gran hotel y antes no había ni hay otro aparcamiento en todo el resto de la marina, no sé qué cambia abrir la vía a todo el tráfico. Yo creo que nada, porque no hay dónde dejar el coche en toda la Avenida desde El Reducto hasta El Charco. De estar abierta, saldrían como balas del Gran Hotel en dirección a Pto. Naos, sin paradas.  O sea que sólo hablamos de la comodidad de los conductores. Ya sabemos que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, y esta es esa recta, pero otra cosa es lo que conviene a la ciudadanía y al propio espacio público y, desde luego, al aire que respiramos. Les faltó el plan de tráfico con el cierre y están tardando.
 
Otro asunto, ¿alguien cree realmente que existe una relación entre una eventual apertura masiva al tráfico y la subida de las ventas? No. Esa parece la respuesta.
 
Se contradice, además, porque a ver cómo se dinamiza y revitaliza una calle abierta al tráfico. Igual lo que quiere decir es que estará más ruidosa y que la animación pasa porque los vehículos circulen todo el rato. No creo que esa sea su idea. Seguro que no. En la Avenida apenas ha habido actividad comercial como para afirmar que se ha venido abajo. Piense en ello. Desde el Parador hasta el Ayuntamiento, un par de comercios, y desde aquél hacia el Reducto sólo actividades hosteleras a las que no les va nada mal con el tránsito de vehículos restringido. Históricamente, el frente construido nunca fue comercial, aunque ya sea hora y es en este momento cuando existen condiciones para ello: con la Avenida cerrada.
 
De Canalejas le cuento en un par de días una reflexión que a muchos no gustará. Hay un montón de frentes abiertos en la ciudad y muchas respuestas que dar. Querría creer que les importamos lo suficiente para que no nos tomen por el pito del sereno. Seguro que no, pero lo parece.

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