Opinión

Podemos, desde la ultraperiferia

Podemos, desde la ultraperiferia

En esta reflexión pública que hago respecto a los diversos avatares por los que está pasando Podemos en los últimos días, estoy convencido de que mi preocupación coincide con la de muchos miles de personas que han puesto su esperanza en este proyecto y que les decepciona la imagen que, una vez más, estamos dando, sobredimensionada por parte de muchos medios. Eso lo sabíamos y no es una novedad. Pero no nos lo podemos permitir.
 
Alejados del ojo del huracán, desde la distancia del foco del seísmo madrileño y de la convulsión que se vive en el epicentro, de manera tan agitada y removiendo las entrañas, desde la ultraperiferia se percibe de forma modulada y tamizada por la pérdida de intensidad propiciada por la distancia. No por eso es menos preocupante. Además, todo lo que ocurra en Madrid, con los altavoces de los medios de comunicación, repercute en Canarias. Nunca ocurre al revés, lógicamente.
 
Quisiera entender que cada parte en contienda considera que su posición es la más razonable e incluso la mejor para el proyecto. Pero ambas partes no son antagónicas, sino complementarias. Unas con más razones que otras, pero ambas complementarias y absolutamente necesarias, -que no imprescindibles- para sumar y conseguir el objetivo: desalojar al corrupto Partido Popular de las instituciones madrileñas y gobernar para la mayoría social.
 
Si el objetivo nos une, los medios para conseguirlo parece que son el motivo principal de discrepancia. Y aquí viene una primera premisa: es necesaria la unidad de todas las fuerzas progresistas y las personas que quieran sumarse a un proyecto transformador. Podemos, siendo la fuerza principal, no es la única. Unidad y humildad, fue el grito unánime en Vistalegre II y a ello nos debemos.
 
Hay que enmendar errores, hay que retomar canales de comunicación, espacios privados para el diálogo sereno y, sobre todo, que prevalezcan la razón, la argumentación, la defensa de las convicciones, el contraste de pareceres y la decisión de llegar a acuerdos. Las vísceras no son buenas consejeras para ese necesario diálogo sereno. Y en estos días, algunas vísceras han quedado al descubierto de forma descarnada.
 
Estamos inmersos en nuestras propias contradicciones. Nacimos como un movimiento fresco, alternativo, en las calles. Sin abandonar las calles, aunque en estos momentos con la movilización estancada, hemos llegado a las instituciones. Y estamos en proceso de reajuste.
"Desde la ultraperiferia canaria seguiremos trabajando por las confluencias"
Hay que construir organización, sin perder las esencias del movimiento; pero con un objetivo: la organización no tiene que convertirse en un fin en sí misma; es un mero instrumento dinamizador, aglutinante, para el diálogo y el acuerdo con otras organizaciones hermanas, desde la generosidad y las convicciones firmes para ilusionar y que la ciudadanía sienta que sí la representamos.
 
Siempre ha habido tendencias al control centralizado de las organizaciones desde pequeños grupos, olvidando que la participación democrática y la descentralización son premisas que debieran servirnos para tomar decisiones en nuestros respectivos ámbitos territoriales, para aumentar la participación, para impulsar la corresponsabilidad. Está claro que tenemos deficiencias y que es necesario plantearnos mejoras, tanto en lo organizativo como en la participación.
 
Mejorar la coordinación de los distintos territorios entre sí, a nivel estatal, es perfectamente compatible con propiciar una mayor descentralización hacia los distintos territorios. Favorecer los canales de participación democrática, impulsar los procesos unitarios con todos aquellos grupos y organizaciones con los que podamos confluir en proyectos comunes, no sólo es una necesidad sino es nuestro deber.
 
Por tanto, aún queda tiempo para la esperanza, para el diálogo, para seguir impulsando dentro y fuera de Podemos, dentro y fuera de Unidos Podemos, a nivel estatal, todas las confluencias posibles para ganar en mayo las instituciones para esos millones de personas que desean un cambio progresista en nuestro país, que garantice los derechos de la ciudadanía.
 
Desde la ultraperiferia canaria, a pesar del ruido mediático, seguiremos trabajando por las confluencias y los procesos unitarios para los municipios, los cabildos y el Parlamento canario. Estamos convencidos de que será posible, porque lo estamos haciendo desde la voluntad, desde la razón y asumiendo nuestras responsabilidades.

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