Top Secret, 27 de septiembre de 2017

Poco que celebrar

Poco que celebrar
27 de septiembre. Día Mundial del Turismo. Acostumbrados a la filosofía de a ver quién la tiene más grande, solemos calibrar la buena marcha del sector en función de los millones que nos visitan. Pero, ¿realmente tenemos motivos para la euforia? A poco que rasquemos nos daremos cuenta que no. El tema es que hay que rascar. Una tarea en la que se aplican demasiado poco los responsables políticos del sector. Y tampoco demasiado los agentes sociales que, en teoría, están llamados a hacerlo. Hay algunas excepciones, naturalmente. La primera que se nos viene a la mente la del colectivo denominado Las Kellys, que hace tiempo que ha puesto sobre la mesa su triste realidad. El turismo, como vector económico,  ya ha mejorado los niveles de antes de la crisis. Pero los trabajadores no sólo no han igualado la calidad del empleo de las vísperas de 2008, sino que ha empeorado, y en mucho.  De ahí que celebremos lo que tengamos que celebrar... pero lo justo y necesario para no perder demasiado tiempo en tratar de acortar esa infame brecha existente en la actualidad entre el beneficio empresarial y las fatigas de trabajadores y trabajadoras.
 
UGT y CCOO
A esta cita anual con nuestra única industria han acudido este año CCOO y UGT. Y lo pueden decir más alto, pero no más claro: la bonanza económica que vive la industria turística a nivel general y en particular la canaria, se ha traducido en una mayor explotación laboral sustentada en salarios más bajos, precariedad laboral, pese a estar negociados los Convenios sectoriales. Y esto es debido al aumento de la externalización con el objetivo de no aplicar los Convenios Provinciales en Canarias. Hecha la ley, hecha la trampa. Siempre ha sido así. Los sindicatos pintan una realidad casi dramática: "mientras los principales indicadores turísticos crecen de manera espectacular, el empleo en conjunto de los subsectores de la hostelería (que lo componen los establecimientos hoteleros, bares, cafeterías, restaurantes, bares, salas de fiestas, discotecas y similares) y sobre todo su calidad, es precario, a tiempo parcial y, en muchos casos, fraudulento, ya que se trabajan más horas de las contratadas, lo que supone un fraude a la Seguridad Social. Esta realidad supone también un aumento de las cargas laborales de las personas trabajadoras. El crecimiento de empleo no es real, ya que el mayor número de contratos han sido temporales y a tiempo parciales. Los que han sido indefinidos, la mayoría lo han sido como, fijos discontinuos, o fijos a tiempo parcial"
 
El camino
Pero, con la mismas, señalan un punto de partida: un pacto a favor de la hostelería reglada, contra la economía sumergida y la precariedad laboral y por la regulación, lo más homogénea posible, de las viviendas de uso turístico . Para ello se necesita que se ponga las pilas el llamado Consejo de Turismo de Canarias, que es el órgano donde todas las Administraciones, tanto local, autonómicas, cámaras del comercios, las asociaciones más representativas del sector y CCOO y UGT confluyen para analizar 'cosas' Y ese podría ser el foro apropiado para debatir las líneas generales de un modelo turístico socialmente responsable, señalan los sindicatos. El Gobierno de Canarias debe impulsar ese pacto. Ahora que ya se ha legislado sobre piedras y aulagas, convendría que se hiciera lo propio con las personas.

Comentarios