Top Secret, 31 de enero de 2019

Noemí Santana ha elegido

La líder de Podemos en Canarias, Noemí Santana, una grancanaria ajena a las sensibilidades de Lanzarote con la obra y el pensamiento de César Manrique, no piensa pedir al graciosillo del candidato al Senado que renuncie. ¿Las razones? Siga leyendo...

 

Noemí Santana ha elegido

Noemí Santana ha elegido

La líder de Podemos en Canarias, Noemí Santana, una grancanaria ajena a las sensibilidades lanzaroteñas con la obra y el pensamiento de César Manrique, no piensa pedir al graciosillo del candidato al Senado que renuncie. ¿Las razones? El candidato al Senado por Podemos, José Luis García, JL Gago en Facebook -pero no se rocen por allí, porque sólo quiere amigos “reales”-, no se ganaría la vida como humorista. Sus pretendidas gracias sobre César Manrique, que no volveremos a reproducir, han causado más indignación que risas. Como quiera que cualquier bufón pretende más lo segundo que lo primero, concluiremos que JL Gago ha fracasado en su intento de emular a El Mundo Today que, normalmente, sí provoca las carcajadas de sus lectores. García, sin embargo, sí ha despertado la complicidad de los sanos y puros de Podemos (los que quedarán después de la estampida de mayo) por cuanto ninguno de ellos ha afeado su impresentable conducta. Y puede que sea hasta entendible. Descartando, por estadísticamente imposible, que todos tengan la altura intelectual para comprender el humor del candidato al Senado, habrá que buscar otras razones para entender ese mutismo podemita ante quien agrede con sin igual bajeza al hombre que probablemente sea lo único que nos ponga de acuerdo a los lanzaroteños: César Manrique.

Tías connection

¿Y cuáles pueden ser esas razones? Entre los muchos comentarios que despertó el Top Secret de ayer hubo uno que apelaba a la íntima amistad entre la líder de Podemos en Canarias, Noemí Santana, y el graciosillo García. Puede que eso sea así. Pero hay más: la amistad entre Santana y María del Río, parlamentaria regional y esposa de Javier Pérez Figares, director de la Casa Museo José Saramago y podemita negacionista de valores y virtudes de la Fundación César Manrique. Ambos, Pérez Figares y JL Gago, consideran que “una confluencia de partidos políticos no deberían poner en su programa político un reconocimiento explícito a una determinada Fundación de carácter privado”. Añadiendo que “de reconocer, también deberíamos reconocer a otras organizaciones ambientalistas y ecologistas esa labor“. Resulta evidente que entre pisotear (o intentarlo al menos) el prestigio de la Fundación César Manrique y escupir de manera tan grosera sobre la memoria de César no hay demasiada diferencia. Si Noemí Santana afeara a José Luis García, afrentaría a Javier Pérez Figares, su compinche de gracietas confluyentes, y si Pérez Figares se enoja imaginamos que esto no gustaría demasiado a su pareja, María del Río, que, volviendo al principio, es íntima de la dirigente canaria de Podemos. Así las cosas esto sólo lo arregla Pilar del Río poniendo a cada cual en su sitio. Que ella, con mejor criterio, sabrá cual es el sitio de cada cual.

El bosque de Somos

Todo lo anterior, dicho sea con absoluta naturalidad y respetando la independencia intelectual de cada cual (por si los machismos), es un inmenso árbol que, ya ven, nos ha impedido fijarnos en el bosque de Somos, que ayer anduvo de asamblea en la que salió lo que salió. Pero antes de salir esa conclusión que ha dejado a unos cuantos con caras largas, los comentarios y las escandaleras se sucedían a cada rato por todas partes. La más gruesa la que acusaba a la joven formación poco menos que de manipular las votaciones al impedir participar a unos cuantos críticos con el acuerdo con Nueva Canarias, que, según ellos, contaban con todos los requisitos para participar y, por el contrario, permitir hacerlo a otros cuantos, una veintena, más proclives a esa postura, pero que no cumplían con lo que indica el reglamento. Comentan que antes de participar en decisiones de este calado tienes que haber interacturado en tres asambleas siendo que los inscribieron el 14 de enero y, desde entonces, no ha habido esas tres asambleas. En fin. Al final acabó todo como acabó, con el triunfo de los nuevacanarios y la consiguiente impugnación. Veremos qué ocurre a partir de ahora.

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