No hay salida

Sin dramatismos. No hay salida a la búsqueda de una alternativa, ya no a la ingobernabilidad del Ayuntamiento de Arrecife, que condiciones para ser gobernada tiene, sino para resolver los niveles de haraganería, mala voluntad, figureo, incompetencia, deslealtad, abandono y robo. Robo, si entendemos que una forma de sustracción  es cobrar el sueldo y no gestionar, no hacer y no dejar hacer y, por ello, no dimitir cuando no hay nada que hacer porque nada se desea hacer.

Ignoro cuánto cobran, pero los entendidos dicen que las altas responsabilidades deben ser debidamente remuneradas. Nada dicen esos expertos sobre cobrar por gestionar y trabajar, como si esa supuesta alta responsabilidad derivada del cargo fuera un adorno del cargo y la palabrita careciera de contenido. Como si responsabilidad no significara, perdón por la obviedad,  responsabilidad, y ello no implicara actuar con rigor y dedicación para la obtención de resultados. Más que altas responsabilidades, pues estas no parecen ejercerse, digamos que se disfruta de un estatus que a nada obliga, ni tan siquiera a representarnos, pues han dejado de hacerlo o nunca lo han hecho.
 
Vayamos preparando, ya no un gobierno de concentración, sino un PARCONCIU
 
¿Salida? Ninguna. La honorable, la de coger la puerta, no la adoptarán, a sabiendas del poco nivel -igual al suyo- que parece apreciarse y de la ventosa que se colocaron en el asiento para mantenerse, a la vez que los principios se iban al garete. Supuestamente, ya lo dijo Marx -Groucho, no Karl-, al que las leyendas urbanas atribuyen: “si no le gustan mis principios tengo otros”. Aunque también queda esa de “al fondo a la izquierda”, y hasta una colosal cacerolada cada día, a modo de escrache.
Con franqueza, respondiendo al comentario de Fernando Marcet a mi anterior artículo sobre su demanda de alternativas o un gobierno de concentración municipal, ya lo indicó él mismo: no queda más que esperar a 2019. A ello, añado yo, con la vista puesta en que el sentido común nos asista entonces, que vayamos preparando, ya no un gobierno de concentración, sino un PARCONCIU -que PCC ya está cogido-, un Partido de Concentración Ciudadana. Si somos capaces, habremos vencido. ¿Sería posible liberarnos de la ideología para agruparnos en comunidad ciudadana, presentarnos a los próximos comicios y centrarnos en la gestión municipal (si ganamos)? Tiempo hay.
Ahí lo dejo.

Comentarios