No gracias, #Yomequedoencasa

No gracias, #Yomequedoencasa

¿Quién asesora al Gobierno que toma medidas improvisadas y fuera de todo sentido común? La esperada salida de los niños, dijeron en la mañana de hoy,  21 de abril, consiste en que podrán acompañar a sus padres al supermercado y a la farmacia. Es el mismo día, 20 de abril, ahora por la tarde. Estoy escribiendo este artículo y comparece el ministro Illa, dice que los niños también podrán salir a pasear, las condiciones ya nos las dirá. Le faltó añadir, que se me hace tarde. ¡No salgo de mi asombro!
 
Mi postura en esta crisis, ha sido aceptar en silencio el recorte de mis libertades civiles. Todo ello por el beneficio propio y común. Llevarla de la mejor manera posible y comprender que era difícil de gestionar, han sido mis objetivos.
Tenemos el peor Gobierno y la peor clase política de nuestra historia democrática
 
He guardado mi  dolor por los fallecidos y los enfermos. Todo este tiempo, he silenciado mi indignación por la mala gestión del material sanitario. Vaya por delante, mi admiración y apoyo a la callada y dura lucha de los sanitarios. Espero que algún día nos puedan perdonar. Me parece de ley, que los españoles sepamos agradecer de verdad, su esfuerzo y compromiso. El simbólico gesto de los aplausos a las ocho, no es ni por asomo, suficiente.
 
He soportado los discursos vacíos y en bucle. Las medidas sin sentido, los mensajes incoherentes y esto ya como abogada, unos reales decretos que no entiende ni dios. No he contestado, ni he reenviado los bulos y mezquindades, que de uno y otro extremo del espectro político, me llegaban. Moderación me decía. Estos personajes solo quieren desestabilizar un sistema, en el que creo firmemente. Esta crisis, es su nido de cultivo, no lo olvidemos.
 
Tenemos el peor Gobierno y la peor clase política de nuestra historia democrática. Los ciudadanos estamos sufriendo lo indecible, la incapacidad y desvergüenza de todos ellos. Ninguno está a la altura de las circunstancias, ni del honor que significa, representarnos. Nos tratan como a menores de edad y a veces como a tontos.
 
Por supuesto, hay excepciones, las menos. Reconozco que en todo el ámbito autonómico y local, hay dignos representantes de la ciudadanía. Ellos han  sufrido la misma frustración e indignación, estoy segura. La ineptitud y falta de talla política, no conoce de colores. 
La improvisación, confusión e inseguridad jurídica de la primera medida del desconfinamiento, da miedo
 
Mi posición nunca ha significado apoyar sin fisuras la gestión del Gobierno. Si fue correcto, nunca lo sabré pero elegí libremente callar. He entendido que no era momento de pedir responsabilidades. No he querido ser el instrumento de los populistas. Además, qué sabía yo de un virus, ni de gestión sanitaria, lo mío son las leyes. Ahora mismo, ya tengo un máster en ambas materias, como todos los ciudadanos. Moderación y respeto he practicado, yo hasta aquí he llegado.
 
A estas alturas del partido, ya no hay justificación para los errores de gestión. Una y otra vez, incurren en los mismos fallos, improvisación e ineptitud. España tiene el “dudoso honor” de ser el país con más muertos por millón de habitantes. Todo ello, sin que sepan contar o no quieran hacerlo bien. Yo tampoco querría. Los dolorosos fallecimientos de nuestros mayores en algunas residencias, son una vergüenza nacional y alguien algún día tendrá que responder por ello. Estoy profundamente agradecida, de que esa desgracia, no haya ocurrido en nuestras islas. Mi más sentido pésame a los familiares de los ancianos y de todos los fallecidos por COVID-19. Cuando cada día dan las cifras, me paro, para ser consciente de que no son un número. A veces, tengo la sensación de estar anestesiada ante tanto dolor y eso sí que no lo puedo permitir.
 
En esto, como en todo lo demás, hasta ahora, he tenido moderación y he mantenido mi dolor en privado. Todos estamos deseosos de que llegue la desescalada. El Gobierno trabaja en ese plan. Por eso, he elegido este momento para alzar mi voz, como madre y como ciudadana. Los cambios en la tarde de hoy, me invitan a alzarla también como jurista. El Gobierno ha rectificado las medidas anunciadas esta mañana. Los niños podrán salir a pasear, no sabemos mucho más. La improvisación, confusión e inseguridad jurídica de la primera medida del desconfinamiento, da miedo. 
Mañana volverán las justificaciones y la retórica, pero a mí ya no me valen
 
Para situarnos en el contexto, primero debemos saber que España es un Estado de Derecho. No es retórica, es nuestro sistema. Desgraciadamente nuestro plan educativo, no le da mucha importancia a enseñar a ser ciudadanos, con  la responsabilidad que eso conlleva. Por eso, hoy hay tanto caldo de cultivo para voceros y populistas. Él permite  que todos los miembros de una sociedad (incluidos aquellos en el Gobierno) se consideran igualmente sujetos a códigos y procesos legales divulgados públicamente. La decisión de sus órganos de gobierno está sujeta a procedimientos regulados por ley y guiados por respeto a los derechos.
 
Hay excepciones claro, estamos en una de ellas. Ello no implica que el gobierno pueda legislar a su antojo. Tienen más margen por la crisis y por tanto, deben justificar aún más sus decisiones. Deben ser más escrupulosos, claros y coherentes con las normas aprobadas. 
 
Lo  segundo es inherente a lo primero, la seguridad jurídica. Se basa en la «certeza del derecho», tanto en el ámbito de su publicidad como en su aplicación.Significa la seguridad de que se conoce, o puede conocerse, lo previsto como prohibido, ordenado o permitido por el poder público. En este momento, yo todavía no tengo claro, que puedo hacer con mi hijo de 14 años en las salidas.
 
Mañana volverán las justificaciones y la retórica, pero a mí ya no me valen. Señores y señoras del Gobierno, salgan de su zona de confort y pónganse las pilas, que este país tiene que ponerse en marcha ¡BASTA YA! Su ineptitud no causa más que inseguridad y dolor. Da argumentos a los antidemócratas que ocupan escaños, en ambos extremos ideológicos para volatilizar el sistema que tantos esfuerzos nos ha costado. De esto, ya no tengo ninguna duda.
 
Si esta es la primera prueba de la desescalada, ya les digo: No, gracias. ¡#Yomequedoencasa!

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