Morocco

Ya lo has visto. Mientras mirábamos hacia la feria de turismo de Madrid, el Parlamento de Marruecos aprobaba unilateralmente una nueva delimitación marítima en aguas colindantes con Canarias. Nos cogió con el paso cambiado esta sui géneris invitación cursada al nuevo Gobierno de España, tan del gusto de la diplomacia marroquí. Enseguida, la ministra cogió el avión y se plantó en Rabat para abordar una agenda en la que salieron a relucir las cuestiones bilaterales pendientes y otras relacionadas con la geopolítica regional.     
 
No tardó el Gobierno de Canarias en oponerse al acuerdo del Parlamento marroquí. Rotundo, ha mostrado la oposición y desacuerdo del Ejecutivo a la aprobación unilateral de dos nuevas leyes de delimitación marítima que pueden afectar a la competencia legítima española sobre las aguas que rodean el archipiélago canario, y, además, vulneren la legalidad internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas.
 
El gabinete de Ángel Víctor Torres ha recordado la necesidad y obligatoriedad legal de que Marruecos respete, en la delimitación de las aguas marinas que comparten España y Marruecos en el Atlántico oriental africano alrededor de Canarias, los derechos e intereses canarios y estatales en el espacio marino objeto de delimitación dentro de la Zona Económica Exclusiva y la plataforma continental.
 
La ministra española de Asuntos Exteriores hizo escala en las Islas y nos tranquilizó.  Sabemos que no habrá delimitación efectiva por parte de Marruecos de aguas colindantes entre los dos países hasta que se produzca un acuerdo previo sobre el reparto de esas aguas por parte de los dos Gobiernos. Lo que muchos nos preguntamos es si ese era el objetivo estratégico del país vecino, porque no lo parece, la verdad. Más bien parecía una llamada: ¡Chacho, baja que tenemos montones de cosas de las que hablar! Bajamos como un tiro.

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