Este verano volverá a abrir sus puertas

Mirador de Malpaso, una huella de César en Haría

El Ayuntamiento venía demandando desde hace varios años la colaboración del Cabildo para acondicionar el mirador que se encuentra en las cuestas de Malpaso.

Mirador de Malpaso, una huella de César en Haría

Este verano volverá a abrir sus puertas el Mirador de Haría, tras largos años de abandono. También se le conoce como Mirador de Malpaso y fue inaugurado el 6 de junio de 1966. En esta pieza se aprecia el rastro de César Manrique en el municipio en el que acabaría residiendo al final de su vida. César colaboró con este mirador empleando elementos característicos de la arquitectura tradicional lanzaroteña.

Corre el mes de septiembre de 1964 y todo está a punto para la visita del ministro de Información y Turismo. En la agenda de Manuel Fraga figura reinaugurar la Cueva de los Verdes, esta vez oficialmente, y visitar las obras que se realizan en los Jameos del Agua. La oportunidad es aprovechada por el entonces alcalde de Haría, Juan Pablo de León Guerra, para presentar a Fraga Iribarne un proyecto de su Ayuntamiento, el Mirador de Malpaso, del arquitecto lanzaroteño Enrique Spínola González. Con un presupuesto de unas 300.000 pesetas, las obras serían ejecutadas por el Cabildo de Lanzarote y se prolongan durante 1965.
 
César “hizo un croquis: todo blanco, puertas y ventanas de madera y un aljibe pequeño”
 
Luis Morales Padrón (Arrecife, 1932 – 2017), encargado general de Vías y Obras del Cabildo entre 1960 y 1997, relata en su libro biográfico (Colección ‘Islas de Memoria’, FCM, 2017), algunos detalles de la construcción de este edificio.
 
“El proyecto del Mirador de Malpaso era de don Enrique Spínola. Diseñó una construcción parecida a la de los militares en el Mirador del Río. Estaba bonita, pero César decía que aquello no iba allí. Se hizo la estructura y el techado, pero no me dejó hacer los parapetos para la azotea. Hizo un croquis: todo blanco, puertas y ventanas de madera y un aljibe pequeño. César se fue unos días de viaje y faltaba poner el piso. A través del cristal, viendo los enarenados negros, se me ocurrió poner el piso negro, y no le dije nada a nadie. Cuando regresó César estábamos poniendo el piso. ‘Si quiere, lo quito’, le dije. ‘¡Ni se te ocurra Luis, está perfecto!’, fue su respuesta. Le pregunté: ‘¿César qué plantamos?’. Y me explicó la jardinería. Unas palmeritas, un grupito de piteras. Faltaban los muebles. Un sábado, en una de nuestras salidas, fuimos los cinco y César propuso que [Jesús] Soto hiciera los muebles como en el Jameo, de madera quemada. A las dos semanas volvimos y Soto había arrancado toda la jardinería, y ahí vino el primer encontronazo. A César no le gustó, ni a don Antonio [Álvarez], que se puso de malhumor, pero no le dijeron nada a Soto. Quien habló con él fue César, porque el hombre se ponía malo cuando lo corregían”.
 
Haría quiso crear un centro de interpretación de la flora y la fauna
 
El Ayuntamiento de Haría venía demandando desde hace varios años la colaboración financiera del Cabildo para restaurar y acondicionar el mirador que se encuentra en las cuestas de Malpaso, que ofrece unas hermosas vistas al palmeral del valle. El Consistorio tenía en mente convertir el edificio en un centro de interpretación de la flora y la fauna, así como en un polo para el avistamiento de aves.
 
En los límites territoriales de Haría se encuentran dos importantes equipamientos públicos que se deben a la impronta de Manrique: los Jameos del Agua y el Mirador del Río. Además, sobresalen otras dos intervenciones que llevan su sello, una obra religiosa, la ermita de Máguez, y la vivienda en la que pasó los últimos años de su vida. Uno de sus ‘Juguetes el Viento’ se alza en la rotonda de Arrieta.
 
El Ayuntamiento de Haría sacó a licitación las obras de rehabilitación del Mirador-Centro de Interpretación, que deberán ejecutarse en un plazo de seis meses una vez adjudicadas. El presupuesto ronda los 300.000 euros, una partida que le corresponde procedente del FDCAN.

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