Mentiras educativas

Nadie que represente al Gobierno o al partido que lo sustenta reconoce el más mínimo defecto en un sector, el educativo, que, visto de cerca, tiene fallos que deberían provocar dimisiones inmediatas. Porque todo lo que en Educación no funciona afecta a los estudiantes. Es obvio subrayarlo, pero lo hacemos porque determinados gestores no siempre parecen tenerlo claro. Son tipos que el mismo (mal) empeño le ponen a archivar papeles o rellenar botellas de vino (o vaciarlas) que a cuidar del futuro de niños y niñas en las escuelas de las Islas. Y eso, al final, acaba notándose en forma de peores resultados en las listas de la calidad educativa de España, que es lo mismo que decir de Europa. Estos días asistimos a la amarga queja de un grupo de madres con pequeños que presentan diversidad funcional y que no se ven, no ya bien atendidas por parte de la administración educativa, sino simplemente atendidas. Las madres citadas hacen referencia al CEIP Capellanía del Yágabo, uno de los tres únicos centros preferentes motóricos de la isla y el único que hay en Arrecife. Ya este dato debería empezar a sonrojar a alguien. Cuentan las familias que allí actualmente están escolarizados niños/as con necesidades específicas de apoyo entre las cuales encontramos pequeños que conviven con la discapacidad motriz, intelectual, trastorno del espectro autista, entre otros. Las madres dicen ser testigos cada día del poder que tiene la voluntad humana y profesional de quienes forman parte del personal docente, administrativo y de servicios de este centro, los mismos que se enfrentan a innumerables dificultades debido a las barreras arquitectónicas que existen, insisten, en el único centro de toda la capital que debería estar especialmente adaptado.

 

Frente a ello, los alumnos se encuentran imposibilitados para poder acceder en plenitud a una educación en igualdad de condiciones, si les niegan el apoyo de auxiliares educativos suficientes, y no se les provee de los medios técnicos y tecnológicos y las adecuaciones de infraestructura no tienen en cuenta sus capacidades. No entienden, como es lógico, que pasen años y años y no se dote, en esta era tecnológica donde los avances van a pasos de gigantes, de un ordenador y las respuestas a las peticiones sean echarse la pelota de unos a otros. No es posible que en Canarias no necesites más que un graduado en EGB para acceder a un puesto de auxiliar educativo, y que por ahorrarse unos euros en pagar a personal cualificado para tal ocupación pongan en riesgo la salud de los niños y niñas debido a los posibles errores en el procedimiento a la hora de darles apoyo, denuncian. Y añaden que se puede ver el trato desigual que tenemos las familias residentes en Lanzarote cuando en el año 2017 el Gobierno de Canarias designó una partida presupuestaria para la contratación de 13 terapeutas ocupacionales en el archipiélago, de los cuales solamente uno visitó la isla un único día en todo el transcurso del año lectivo pasado, y este año no se tienen noticias de su próxima intervención. Los hijos de estas familias quedan en el olvido administrativo ya que no cuentan con personal especializado que pueda ayudarlos a tener mejores posturas, material adaptado o asesorar al personal docente y administrativo de los centros educativos a fin de lograr que los niños puedan tener menos dificultad. Al contrario: al privarlos de la intervención de un terapeuta ocupacional les generan complicaciones en su desarrollo.

 

Las autoridades educativas insulares son conscientes de la necesidad de la figura del terapeuta ocupacional en los centros escolares ya que durante varios años el proyecto de la intervención del terapeuta ocupacional en los colegio, presentada por la Asociación ADIMO (Asociación de personas con discapacidad motórica), fue una realidad gracias al aporte económico de los servicios sociales del Cabildo de Lanzarote y que, por temas políticos, se dejó de llevar a cabo. Después de varias reuniones, las familias tuvieron un hilo de esperanza de que cuando se iniciara el presente curso escolar las obras de adecuación de los aseos se hubiesen realizado. Pero cuál fue su sorpresa  al preguntar si dichas obras se habían realizado y obtuvieron una respuesta negativa. La absurda respuesta de la Dirección Insular de Educación es que no tuvieron tiempo por las vacaciones. Sí parecieron tenerlo, sin embargo, para otros colegios como el Zerolo. Sin embargo, si todo se resumiera a que solamente las necesidades consistieran en la ausencia de unos baños adecuados probablemente serían más pacientes a la hora de esperar, pero lamentablemente las carencias existentes en el ámbito educativo con respecto a la atención a los niños con necesidades educativas especiales son muchas. Educación las conoce y no da respuestas.