Opinión

Luces y riesgos del sector turístico

Luces y riesgos del sector turístico

Canarias ha liderado una vez más la tasa de ocupación turística esta Semana Santa. Entre otras razones, porque cada año son más los residentes canarios que junto a extranjeros y peninsulares disfrutan de estos días de vacaciones en alguna de nuestras Islas. Al incomparable atractivo de nuestra naturaleza, el buen clima y la gastronomía que ofrecen cada una de las islas, este año se ha unido el abaratamiento del coste del transporte aéreo y marítimo para los que aquí vivimos. Sin duda, el precio de los billetes entre las islas está fortaleciendo de manera espectacular el turismo interior, un crecimiento que se traduce o debe traducirse en generación de economía y creación de puestos de trabajo.
 
Una buena accesibilidad, fruto de la mejora de las frecuencias y los precios, constituye una de las claves para ayudar a desarrollar actividades económicas -no solo el turismo- que faciliten esa creación de empleo en las islas. El paso dado con el acuerdo conseguido por Nueva Canarias con el Gobierno de España para bonificar el coste de los billetes en un 75% es histórico, sumándose a los acuerdos alcanzados por Coalición Canaria en 1998 y en 2004. En este sentido, debemos recordar que en 1998 los nacionalistas arrancamos el compromiso a Aznar de pasar al 33% la subvención a los residentes y que en 2004, con el apoyo a la investidura de Zapatero, logramos el incremento hasta el 50%.
 
Canarias tiene las mejores condiciones para seguir siendo muy competitiva en un sector creciente en el mundo como es el turismo. Clima, naturaleza, diversidad, calidad de las infraestructuras, atención sanitaria y seguridad son bazas que nos convierten en una potencia. Con estos elementos, el número de turistas que nos visitan ha ido incrementándose hasta alcanzar la cifra de 16 millones, situándonos en unas cifras récord en ocupación e ingresos.
 
Nuestro primer objetivo no debe seguir creciendo en cantidad, sino hacerlo mejorando la calidad de los alojamientos y de todos los servicios que prestamos para fidelizar a quienes nos visitan. El eje vertebral sobre el que apoyar el crecimiento y la diversificación económica en Canarias ha sido y debe seguir siendo el turismo. Hay que generar conciencia de lo que éste significa para el bienestar en el Archipiélago. El sector debe seguir trabajando para conseguir una mayor complicidad por parte del conjunto de la sociedad.
 
En esa dirección, el consumo preferente de productos de la tierra en todos los establecimientos turísticos y la contratación de mano de obra de gente que vive en Canarias puede ser un buen camino.  Además, hay que aprovechar el buen momento que vive el sector -tanto en ocupación como en ingresos- para seguir impulsando los proyectos de renovación y modernización de la planta alojativa y de los espacios turísticos, esfuerzos que nos permitan no perder competitividad con respecto a otros destinos.
 
No solo contamos con fortalezas. Nos enfrentamos también a determinados riesgos y amenazas. El mayor riesgo del sector turístico en Canarias tiene que ver con el Brexit y con las comunicaciones aéreas. Con más de cinco millones de visitantes, el mercado británico lidera la presencia de extranjeros en Canarias. Es importante intensificar el trabajo que vienen llevando a cabo Gobierno de Canarias, cabildos, municipios turísticos y empresarios para mejorar nuestra presencia en otros mercados que nos ayuden a compensar la probable disminución de visitantes del Reino Unido.
 
Por otra parte, unas buenas comunicaciones aéreas son vitales para mantener los niveles de ocupación de los últimos años. No hemos tenido  buenas noticias con  Monarch o Air Berlín. Las dificultades de estos dos operadores han  restado capacidad de oferta de plazas hacia las islas. Habrá que estar muy atentos a la estrategias a llevar a cabo por Ryanair e IAG -grupo al que pertenece Iberia- cuando se produzca la salida definitiva del Reino Unido  de la Unión Europea. Ambas compañías son muy importantes social y económicamente para Canarias y para España.
 
El alcance de las decisiones que adopten fuera del marco de la Unión Europea es toda una incógnita. Son muchas las luces pero no son pocas las sombras que sobrevuelan el sector turístico que mueve nuestra economía. Como en tantas otras ocasiones, estamos obligados a demostrar capacidad, reflejos e implicación.

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