Los temores de CC

Pese al desgaste que supone casi tres décadas en el poder, las expectativas electorales de Coalición Canaria (CC) han tropezado con un escollo inesperado: el adelanto de las elecciones generales al 28 de abril. Las aguardaban a finales de año, confiando primero en reeditar su presencia en el gobierno canario y con la Presidencia del Ejecutivo en el bolsillo. Ahora, sin embargo, se encuentra en clara desventaja por su indefinición política e ideológica en un escenario fragmentado entre el bloque de izquierdas y derechas, a la vez que el debate está muy centrado en asuntos de alcance estatal.
 
En este contexto, a CC le va la vida en repetir el único escaño en el Congreso que posee por la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y han puesto toda la carne en el asador para no quedar fuera del reparto en las generales, y que algunas encuestas vaticinan como probable. Si no lo logra, la sensación de derrota podría apoderarse de los nacionalistas en la noche el 28 de abril y podrían llevarse un sonoro batacazo en las autonómicas, insulares y locales del 26 de mayo. Este es el verdadero temor: que la ola de las generales arrastre al electorado hasta las autonómicas y, con ella, sus votos.
 
A Canarias le corresponden quince diputados al Congreso, ocho por la provincia de Las Palmas y siete por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. En las últimas elecciones generales, CC consiguió 78.080 votos (7,99%) y un escaño, mientras que, un año antes, en 2015, al Parlamento autónomo CC obtuvo el doble de votos (164.000, 17,65%). En CC creen, con razón fundada, que un traspiés el 28A influya en el voto en las autonómicas, que es la verdadera prioridad en el partido. Quizá por eso, una CC desdibujada por la coyuntura ha endurecido su discurso extraordinariamente para hacerse notar, recurriendo a todos los medios a su alcance.

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