Top Secret, 2 de mayo de 2018

Los días contados

Los días contados
Seguro que lo han leído ya. Un responsable político será cesado en breve y su lugar lo ocupará otro. Nada nuevo, dirán ustedes. Eso pasa a menudo. En esta ocasión, sin embargo, Lanzarote tiene motivos para celebrarlo. ¿De quién se trata? Hablamos de uno que hace tiempo no se sabe muy bien qué pinta en el puesto donde está enchufado. Y se desconoce el motivo porque es un cargo que depende de Madrid, donde Gobierna el PP, pero nombrado tras acuerdo de Canarias, donde gobierna Coalición Canaria. Y al que van a echar en breve es a uno del Partido Socialista. Es, en efecto, el todavía presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, que disputa ya los minutos de descuento en la poltrona. Será el próximo día 7 cuando al sentido Ibarra le den puerta y lo cambien por Juan José Cardona, del PP (esto ya cuadra más) y ex alcalde de Las Palmas de Gran Canaria (¡peligro, peligro!). Fue el propio secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, quien lo anunció en un comunicado donde se embolicó lo suyo para tratar de justificar el relevo. Que si los presupuestos del Estado, que si las políticas socio sanitarias y económicas... Unos rodeos innecesarios a estas alturas de la legislatura que comenzó con un engañoso pacto con el PSOE cuando nadie en el archipiélago duda de los cariños mutuos que se profesan CC y PP y que nunca han escondido ni el tinerfeño Clavijo ni el vasco-palmero Antona.
 
¿Peor el remedio?
Lanzarote tiene motivos para estirar las orejas, como tantas otras veces, por cierto. Este martes el rotativo chicharrero El Día habla de la sustitución de Ibarra por Cardona como presidente de la Autoridad Portuaria de la provincia de Las Palmas, “con especial relevancia del Puerto de La Luz”. Ya estamos con lo de siempre. La dichosa “especial relevancia” de todo lo que sea Gran Canaria o la manida irrelevancia de lo que ocurra en Fuerteventura y Lanzarote. Así las cosas, puede que nos tengamos que preparar para dar la bienvenida a Cardona y, acto seguido, el hasta luego. Desempolvar la reivindicación de la Autoridad Portuaria propia que el senador y el presidente de la Cámara de Comercio cambiaron por los 23 millones de inversión en Los Mármoles. Y como la política tiene estas cosas, no se extrañen ustedes de que haya ciertos cambios en la dirección del viento reivindicativo. Los que antes soplaban con fuerza para lograr el objetivo de la independencia, ahora de repente se van a quedar sin bufido no vaya a ser que se constipe uno del PP. Y aquellos que veneraban a Ibarra recordando su grandeza como gestor y su origen de Haría, ahora atizarán al nuevo con todo lo que tengan a mano.
 
La independencia
Suponemos que a Luis Ibarra no le estará haciendo demasiada gracia que se retransmita en directo su cese. Y que tenga a Cardona calentando en la puerta de su despacho preparado para debutar en el cargo. Así de cruel es, a veces, la política. O el politiqueo. Sin embargo no es hora de hacer leña del árbol que va a caer en breve. Es más, en un ejercicio de inusitada empatía, demos al señor Ibarra un motivo para la alegría: no será bajo su mandato cuando se rompa la unidad de gestión de los puertos de la provincia de Las Palmas. Que estuvo “a esto” de producirse. Ha salvado el honor frente al lobby empresarial canarión al que le mola tener ese puerto al que dedicar “especial relevancia”, como dice El Día, y unos puertecillos por ahí repartidos en esos peñascos que tenemos por la provincia. Íbamos a expresar ahora aquello del beneficio de la duda que ha de acompañar a Cardona en el ejercicio de su cargo, pero nos lo ahorramos. Ojalá nos equivoquemos, pero vienen tiempos de (todavía) mayor compadreo entre la Autoridad Portuaria y los amos del dinero de Gran Canaria. Como diría un destacado compañero de partido de Cardona: "Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político".

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