Top Secret, 30 de marzo de 2020

Los del barco

Los del barco

La Guardia Civil tuvo que llevar agua y alimentos a un par de jóvenes a los que el Estado de Alarma pilló en un velero fondeados cerca de Isla de Lobos. La crisis sanitaria nos llena de historias sorprendentes. Dos jóvenes que van en un velero y deciden fondear cerca de Isla de Lobos. El tiempo acompaña porque el invierno de Canarias está siendo más verano que nunca. Probablemente están ya informados de que, en China, ha surgido el virus SARS-Cov-2 al que han bautizado como Coronavirus Disease 2019 (Covid-19). Desde entonces, y para nosotros, coronavirus. Y de que el contagio empieza a caminar libremente por el mundo. En La Gomera, sin ir más, lejos, se detecta el primer caso en España: un turista alemán. Y sucede la avalancha. El 9 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla ya de pandemia, tras que se contabilicen más de 100.000 contagiados en más de un centenar de países. Tres días después, el Gobierno de España prohíbe el atraque de cruceros en los puertos españoles. Se entiende que esto incluía a las embarcaciones de pequeño calado tripuladas. Porque los dos jóvenes, desde entonces, están en Isla de Lobos.

Provisiones

La Guardia Civil ha tenido que acudir este sábado a llevarles agua y algo de comer. Los jóvenes, extranjeros, llamaron al 062 del Instituto Armado, cuando ya se vieron sin ni siquiera agua. Desconocedores del trámite para que se les otorgara el permiso especial de atraque en puerto, se han pegado todo este tiempo racionando la comida y el agua. Hasta que se les acabó una cosa y la otra. Es una de las muchas historias particulares que nos deja este periodo de confinamiento que tendríamos que estar ya finalizando pero que, sin embargo, justo estamos cruzando el ecuador. Llevamos dos semanas y nos queda otro tanto. Como mínimo. En buena medida que acaben la limitación de movimientos dentro de quince días dependerá de nuestro comportamiento como individuos. De lo solidarios que seamos capaces de ser haciendo algo tan sencillo como quedarnos en casa.

La médica

Y de las muchas pequeñas historias que nos está dejando esta pandemia, nos sobrecoge la muerte de la médica Sara Bravo, de sólo 28 años de edad. La joven padecía asma y trabajaba en turno de tarde en el centro de salud de Mota del Cuervo, una pequeña localidad de la provincia de Cuenca de apenas 6.000 habitantes. Una tragedia que se suma a otras muchas que está dejando el coronavirus que, además, rompe ya con lo que parecía verdad absoluta: mata a personas de avanzada edad y con patologías previas. Sin necesidad de buscar demasiado en la hemeroteca se nos viene a la cabeza, en Madrid, un Guardia Civil joven y sin dolencias previas; un adolescente en Portugal y un bebé en Estados Unidos. Siguiente lugar en la lista que, lamentablemente, dará mucho que hablar. Casi no sale la frase final, pero hay que decirla: ya queda un día menos para salir de esta.

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