Loli Corujo, presidenta

Loli Corujo, presidenta

Si no hay contratiempo, María Dolores Corujo Berriel, Loli Corujo, será investida esta tarde presidenta del Cabildo de Lanzarote. Será la que hace número 47 desde su creación, en 1913. Y la 19 desde la restauración de la democracia. Contando la pesadas  bromas que tuvimos que sufrir en el mandato 2003-2007, cuando diversas personas ocuparon el mismo sillón como consecuencia de unos avatares que sería larguísimo recordar. Pero sólo en ese periodo, cuatro años, padecimos siete presidentes o presidentas del Cabildo. Loli Corujo recupera para el PSOE una Presidencia que se le resistía desde que Manuela Armas ganara en las urnas en 2007. Hace de esto doce años. Son, de hecho, las dos únicas mujeres que han ganado unas elecciones al Cabildo. El resto de presidentas lo han sido o accidentales, o vía moción de censura. La Wikipedia da nombres que hoy nos parece imposible que hayan figurado en esa relación. Más de un siglo ha pasado desde que el 16 de marzo de 1913, Domingo Armas Martinón fuera designado presidente del Cabildo de Lanzarote. Duró hasta que el 1 de enero de 1916 le sustituyó Rafael Ramírez Vega.

Roma

Loli Corujo estaba disfrutando de unos días de vacaciones en Roma cuando dimitió Marcial Martín Bermúdez, alcalde que era de San Bartolomé. El calendario señalaba el 18 de julio de 2011. Apenas diez días después, la joven concejal de Cultura tomaba el bastón de mando municipal y, de paso, comenzaba una solvente carrera política que la ha llevado a liderar el PSOE insular, revalidar la Alcaldía, pero ya como cabeza de lista, ser presidenta y portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y, en unas horas, presidir el Cabildo de Lanzarote. Ocho años que la han fortalecido como política pero que en poco o nada han modificado su manera de ser y ver la vida. Las partidas de chinchón en familia de los domingos por la tarde dan fe de ello. Sin embargo, su ascenso hasta el olimpo de la política insular no ha sido un camino de rosas. Dotada de una marcada personalidad, no le ha temblado el pulso a la hora de tomar decisiones no siempre populares pero que, a la vista está, han dado sus frutos.

Retos

Por delante se le presentan ahora otros retos. Los más importantes tienen que ver con las personas, el territorio y el medio ambiente como de manera acertada han priorizado los firmantes del Pacto de las Flores a nivel regional. Y tomar decisiones que corrijan rumbos claramente equivocados. O simplemente tomar decisiones. Ha sido escandalosa la dejadez, que dura ya diez años, con respecto al Plan Insular de Ordenación del Territorio. Igual ocurre con el Plan Especial de La Geria. Si lo que tiene que ver con el urbanismo no se aprueba es porque hay una razón que lo impide. Y esa razón no siempre tiene que ver con la ausencia de mayorías, de acuerdos o de consenso. Y hay que poner las cosas de nuevo en su sitio. Esos técnicos objeto de caza de brujas por el anterior régimen han de ser repuestos y, si nos apuran y a poco que sea posible, hasta le devolvería al artista De Caires la novena maravilla del mundo esa del museo sumergido. Que lo explote él, que bastante ridículo hemos hecho ya presumiendo de una cosa que no la visitan ni veinte personas al día.