Lo que no tiene Ástrid Pérez en la cabeza

Lo que no tiene Ástrid Pérez en la cabeza

Mientras escribía esto, y a la vista de lo que interpreto como cierta incapacidad para comunicar los designios de esta ciudad bajo su mandato, he pensado que a Ástrid Pérez no le cabe Arrecife en la cabeza, pues he creído percibir que carecía de un proyecto para la capital que gobierna desde el Ayuntamiento. He pensado que no tenía respuesta aunque Arrecife tuviera una sola calle y dos frentes construidos.
Buena foto por lo que parece representar, y que diría mucho de ella si fuera la artífice de esa intención
 
Y no sé si sabría responder a la pregunta de cómo cree que debe ser la ciudad para ella, y, de no acercarse a dar una respuesta, dudo mucho que pudiera tenerla si la pregunta fuera qué ciudad cree que querrían sus habitantes. Esto lo escribía antes de ver su posado para la prensa, donde aparece retratada de forma intencionada para que se pueda apreciar un techo arbolado sobre su cabeza en lo que debe ser el entorno del parque Simón Bolívar. Buena foto por lo que parece representar, y que diría mucho de ella si fuera la artífice de esa intención. Estaría expresando una idea de ciudad, aunque no nos haya verbalizado que le gusta el resultado de esas calles o que aspira a que muchas más calles estén arboladas, y que, efectivamente, su política municipal gira en torno a esa idea, lo cual se complementaría perfectamente con muchas acciones de gobierno que deseara acometer.
 
Pero si la idea de la foto es del reportero gráfico la cosa pinta bien para el reportero, en tanto se trata de una demanda ciudadana y una aspiración cada vez más compartida. Tanto, que en muchos municipios de este país son los alcaldes los que se adelantan a las aspiraciones de sus habitantes y no los tienen mendigando unos árboles para la Marina y muchos otros cientos de arterias urbanas. Un tanto para el reportero y un gol para la alcaldesa, porque le habría hecho decir con esa imagen lo que no ha sido capaz de manifestar con palabras. También puede ser un tanto para los dos y es lo que deseo creer. Ástrid no da puntada sin hilo. 
Quizás debiera la alcaldesa ponerse uno retos asumibles que le permitan obtener unos resultados a corto plazo
 
Ya manifestó hace escasas fechas que en cuatro años no se puede reconstruir la ciudad. Es posible que tal afirmación nos aproxime a conocer cuál es la realidad que parece percibir, y esta no resulta muy halagüeña. Arrecife, a sus ojos, debe ser demolida y reconstruida. De ser acertada esa especulación, necesitaríamos dos vidas para acometer semejante proyecto. La otra certeza es que ella no lideraría tan megalómana obra porque no dispone más que de la vida que tiene y que, en el mejor de los casos, está en su ecuador. También quienes somos ciudadanía tenemos una vida, y desearíamos que no llegara a su fin sin que alguien con una mínima visión fuera capaz de darle un vuelco a esta ciudad. Se nos acaba el tiempo. Digo esto porque quizás debiera la alcaldesa ponerse uno retos asumibles que le permitan obtener unos resultados a corto plazo que la ciudadanía agradecería y ella rentabilizaría.
 
Ástrid Pérez podría tener una idea equivocada de lo que necesita el espacio público, y el asunto del gobierno municipal es si alguno de los que la acompañan tiene alguna certeza de tener en el cajón de su mesa algo parecido a un proyecto para la legislatura.
 
Un mandato sin proyecto para Arrecife que, lejos de demandar su demolición, necesita pequeñas actuaciones que generen el afecto de los hijos de esta ciudad y que deje de avergonzarnos ante nuestros visitantes. Pequeñas, sencillas, económicas y sostenibles intervenciones. Morirse sin dejar nada atrás no puede ser el sino de nuestros gobernantes. Me resisto a creerlo.

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