Lo dejó por whatsapp

Se acaba de consumar la mayor afrenta política de la historia política reciente de la isla: una mujer rompe una relación por whatsapp y abandona a su pareja. Harta de desplantes y de no sentirse debidamente tratada, la mujer, Loli Corujo, escribió el mensaje con contenida calma: “Mira, niño, me tienes harta. Como no espero que aprendas a comportarte y a tratarme con respeto, ahí te quedas. Te dejo. Adiós”. Él, la pareja política, no dio crédito. “¡Bah, chorradas! Seguro que no se atreve y dentro de un rato me está pidiendo perdón y diciéndome que no puede vivir sin mí”. Pasó el rato, el abandono se ratificó en rueda de prensa, pasaron las horas, transcurrió la noche, se reunió el Consorcio Insular de Aguas y ella, en plan señora, pegadita a los representantes nacionalistas, votó en contra. Poco después, la oposición tumbó el pleno extraordinario y urgente del Cabildo y, al ratito, convocó otro y dejó bien claro que o la dirección de los Centros acata el principio de acuerdo suscrito por los huelguistas y por todos los demás, absolutamente todos menos CC, o habrá ceses inmediatos. Después de doce horas vino a caer en la cuenta de que el mensaje iba en serio. Lo abrió y lo releyó: “Mira, niño, me tienes harta. Como no espero que aprendas a comportarte y a tratarme con respeto, ahí te quedas. Te dejo. Adiós”. Entonces reaccionó, sintió como un frío polar le subía por la espalda hasta el cogote y se le aceleraron las pulsaciones. Él le quitó importancia creyendo que se trataba de un pequeño y pasajero episodio de pánico ante la inminente y humillante derrota, pero no. Era la soledad, que llegaba para quedarse a su lado para siempre.

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