Opinión

Las tres fases de la reactivación turística

Las tres fases de la reactivación turística

El maldito coronavirus sigue manteniendo en vilo al mundo. A su paso va dejando millones de personas infectadas, centenares de miles de muertos, millones de personas sin trabajo e innumerables empresas a punto de tirar la toalla; en definitiva, un reguero de proyectos personales y familiares rotos, además de miedo, empobrecimiento y ruina.
 
Los científicos buscan incansablemente la vacuna o el medicamento que frene al COVID-19; mientras tanto, el confinamiento se confirma como la mejor arma para combatirlo, pero a más y mejor confinamiento menos trabajo, menos empresas y, por lo tanto, más paro, pobreza y ruina. Sin duda, cuanto más rápida sea la vuelta a la normalidad -desde el punto de vista sanitario- antes se pondrá en marcha la actividad económica.
Nuestras Islas cuentan con la fortaleza de ser espacios más saludables
 
Canarias es el territorio del Estado con menos contagiados y muertos en proporción a la población. La lejanía del continente y la insularidad han ayudado mucho. También el buen trabajo del Gobierno de Canarias y de los trabajadores públicos. La gestión de los dos primeros focos que se produjeron en el Archipiélago -en La Gomera y en un hotel del sur de Tenerife- a finales del mes de febrero, mucho antes que se expandiera por la Península. Las decisiones fueron acertadas, también la comunicación pública, teniendo en cuenta el contexto de los acontecimientos.
 
La favorable evolución de la enfermedad en las Islas, y la buena imagen proyectada al exterior en la gestión de los casos que hemos sufrido, son nuestra baza para iniciar de forma creciente la recuperación del sector turístico y del resto de los servicios.
 
Sin transición, vamos a pasar inmediatamente de la conmoción producida por los perversos efectos en la salud al ruinoso lastre que nos dejará en la economía, el empleo y el bienestar de las familias. La mayoría de los países están intentando solapar el periodo final de la lucha contra el coronavirus con un reinicio gradual de la actividad económica que evite un mayor daño al empleo, las empresas y el bienestar de las personas. En este marco, nuestras Islas cuentan con la fortaleza de ser espacios más saludables y con el hándicap de que la recuperación de nuestra economía va  a depender del ritmo al que se normalice la situación sanitaria en los países emisores -Reino Unido, Alemania, Francia, Italia o Países Nórdicos, entre otros-. Además, tendrá que normalizarse el transporte aéreo y que se pierda el miedo a embarcar en un avión cuatro o cinco horas para hacer turismo. La aparición de un medicamento o la vacuna será decisiva para hacer desaparecer los temores.
Canarias no puede estar parada y con su principal industria cerrada
 
Mientras tanto, Canarias no puede estar parada y con su principal industria cerrada. Debe de ponerse inmediatamente en marcha un plan para recuperar progresivamente la ocupación turística que facilite el trabajo. Si se mantienen cerrados los hoteles, apartamentos, comercios, bares, restaurantes, lugares de ocio y resto de servicios no esenciales más allá de lo sanitariamente procedente, caminaríamos hacia una hecatombe económica de la que sería muy difícil salir a medio plazo. La recuperación de la actividad turística, para empezar a dinamizar la economía, puede tener tres velocidades que se deben ir enlazando progresivamente.
 
Pronto el desconfinamiento va a ser una realidad en nuestras Islas. Este será el momento para iniciar una campaña de turismo interior que permita la apertura de algunos establecimientos turísticos y la reactivación de los servicios asociados a los mismos. La campaña de turismo interior -similar a la que se puso en marcha en la crisis del 2010, 'Canario conoce tu tierra'- debe ser el primer paso. Acto seguido, Canarias tendrá que recabar el apoyo del Gobierno de España y lanzar una campaña con visitantes peninsulares -a partir de julio/agosto- que sea el preámbulo para colocarnos en el cuarto trimestre del año recuperando nuestra presencia en los mercados europeos.
 
La buena imagen proyectada por las condiciones naturales de las Islas y la gestión llevada a cabo en la crisis sanitaria deben ser nuestras principales cartas. Debemos utilizarlas cuanto antes para iniciar el proceso hacia la recuperación de la actividad turística. Si las condiciones externas nos favorecen y hacemos bien nuestro trabajo, terminaremos este aciago 2020 con renovadas ilusiones.

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