Lanzarote, bicis por un tubo

Ciudad de Auckland, Nueva Zelanda.
Lanzarote, bicis por un tubo

En esta temporada primavera-verano se va llevar mucho caminar y montar en bici por razones de todos conocidas. A  la vez, se exige guardar la distancia física, así que hay que no queda otra que buscar espacio. Las aceras son para los peatones, y como las terrazas de los bares y cafeterías también necesitan hueco, los coches tienen todos los boletos para sacrificarse y liberar el nuevo territorio requerido. Cerrar calles al tráfico y prohibir estacionar en determinadas vías públicas parece lo sensato, al menos transitoriamente, hasta ver en qué para todo esto.  
Cada vez más ciudades cierran sus calles a los coches para dar espacio a los peatones
 
En Nueva Zelanda lo bordan. Amén de combatir con brillantez la pandemia, muchas calles se han pintado de colores brillantes para dar prioridad a los peatones y a los ciclistas, y se han instalado grandes maceteros y pivotes para reducir la velocidad de los vehículos. Además, el gobierno cubre hasta el 90% de los costes a los municipios para ampliar las aceras o crear carriles bici. Así que aquí hay un buen modelo en el que inspirarse para apuntarnos a modernos, porque lo innovador ahora no es tener un coche grande, sino caminar o montar en bici. 
 
Todas las ciudades del mundo están adoptando medidas para facilitar la salida del confinamiento, y Arrecife y otras localidades no pueden quedarse atrás. Todas tienen en común que están adaptando sus espacios para caminar o ir en bicicleta, y cada vez más ciudades cierran sus calles a los coches para dar espacio a los peatones. Así de simple. Y de paso, piensan a largo plazo como una medida para combatir la contaminación atmosférica y el cambio climático, y mejorar la salud de la población. Ante el temor pasajero al transporte público, no cojas el coche y sal a coger el fresco.

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